Capuchina, la planta que alejará las plagas y los hongos de tu jardín

Capuchina, flor de sangre, llagas de cristo, espuela de galán o taco de reina; son alguno de los nombres populares con los se conoce a la Tropaeolum majus. Esta planta es nativa de Sudamérica, pero los jesuitas se encargaron de introducirla en Europa por su gran poder ornamental. Sin embargo, también encierra una enorme cantidad de secretos sobre sus variadas propiedades.

Las flores de capuchina, si se cultivan de forma orgánica, son comestibles, por lo tanto, se trata de una planta muy preciada para la gastronomía.

Actualmente ha mostrado una gran capacidad para desarrollarse de forma silvestre, ya que puede soportar temperaturas bastante extremas y tiene una importante resistencia a los rayos del sol directo y a la sequía.

Se trata de una planta rastrera, trepadora, con hojas redondeadas. Sus flores pueden ser naranjas, amarillas o rojas y resultan muy decorativas.

Capuchina, una planta protectora

Este dato puede llegar a ser desconocido por muchas personas, lo cierto es que contar con una capuchina en el jardín nos proporcionará una eficaz protección antiplagas.

Esto se debe a que esta planta tiene una importante capacidad para ahuyentar insectos dañinos y es un fungicida natural.

Esto ha motiva a que se coloque cerca de las huertas para conformar una suerte de “escudo” contra los pulgones y otras plagas. También es efectiva contra las babosas, caracoles, hormigas y moscas.

Su poder es tal que, en algunos refugios de animales, se cultiva para evitar que los parásitos ataquen a las futuras mascotas. También se colocan cerca de los frutales para impedir que los hongos afecten las raíces.

Propiedades para la salud

La capuchina es rica en vitamina C, flavonoides, carotenoides y ácido oxálico. Por eso se ha utilizado durante muchos años como planta medicinal.

Mayormente se la usa para tratar afecciones respiratorias por su alto contenido en vitamina C.