Su vida dio un vuelco cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple y hoy está en la final de La Voz

Julio Benavente inició su paso por La Voz de España interpretando “Que siempre sea verano”, de Pablo Alborán. En ese momento, Alejandro Sanz ya tenía su equipo conformado, pero quedó encantado con este joven de 21 años que dejó el corazón en el escenario y logró conmover a todos durante las audiciones a ciegas.

Alborán fue el primero en dar vuelta su sillón y se lo notó emocionado. Cuando Julio comentó que venía de Málaga, el resto de los couches se decepcionó al darse cuenta que el participante ya tenía un favorito y no había posibilidad de que eligiera los equipos de Malú o Fonsi. “Ya está todo dicho”, aseguró Sanz.

Sin poder creer lo que ocurría, Julio aseguró que todo le parecía una locura ya que, durante su vida, él había aprendido a cantar escuchando a los cuatro artistas que tenía en frente. Sanz lanzó una frase emocionante: “Hoy todos hemos aprendido un poquito de ti”.

Alborán, por su parte, intentó dedicarle unas palabras, pero las lágrimas en sus ojos comenzaron a aparecer. “No sabes lo que significó para mí. Hemos pasado un año desastroso y escucharte me lo ha arreglado”.

“Me has dejado algo muy bonito en mí”, le agradeció Malú. Mientras que, en un intento desesperado, Fonsi le dijo: “Yo también soy de Málaga”.

Sin embargo, el paso de Benavente por La Voz sufrió algunos cambios y, durante la fase de robos, quedó en el equipo de Alejandro Sanz.

La emoción que caracterizó cada interpretación de este joven tenía un importante trasfondo. Es que, durante los primeros meses de la pandemia, fue diagnosticado con Esclerosis Múltiple, una enfermedad progresiva a la que no se le ha encontrado cura.

“Este último año ha sido muy duro para mí”, confesó el participante y detalló que la música es lo que lo ha ayudado a aliviar los síntomas de su enfermedad.