Conoce y previene los problemas más comunes en el cultivo de tomates

Si has decidido iniciar una huerta en tu jardín o en algún espacio de tu casa, entonces deberás saber que no siempre las cosas resultan como deseamos y podemos tener algunos problemas por ataque de plagas u hongos que arruinen nuestra cosecha.

El tomate es una de las hortalizas más sencillas de cultivar ya que requieren de muy poco espacia para producir sus deliciosos frutos. Para tener éxito debemos conocer algunos de los principales enemigos de esta planta para prevenir o controlar enfermedades a tiempo.

Enfermedades del tomate

Dentro de este grupo se debe diferenciar el tipo de padecimiento según el agente que los causa, así tendremos enfermedades con bacterias, por hongos o por virus. Cada una de ellas mostrará síntomas característicos que debemos saber diferenciar para actuar correctamente.

Araña roja: se trata de un ácaro que forma colonias en el envés de las hojas. Uno de los principales síntomas que muestra la planta es su reducción en el crecimiento.

Este insecto forma una especie de telaraña y también deja pequeños puntos amarillos en el follaje.

Heliothis: es una polilla que deposita sus huevos en los brotes jóvenes. Provoca agujeros en las hojas tiernas y en los frutos lo que provoca que dejen de crecer, maduren más rápido y se precipiten.

Mosca blanca: es un insecto que ubica sus larvas en las hojas más antiguas. Las plantas se ven afectada por una especie de melaza que favorece la instalación de hongos como la negrilla.

Minador: este insecto es uno de los más difíciles de erradicar ya que arma túneles dentro de las hojas por lo que los insecticidas no llegan a destruirlos.

Cómo mantener sanos los tomates

A la hora de cultivar tomates lo más importante es la prevención. La mayoría de las enfermedades causadas por hongos se producen por exceso de humedad. Desmalezar y evitar el encharcamiento es fundamental.

Las trampas cromáticas son una gran opción ecológica para evitar el ataque de ácaros e insectos.

El jabón blanco, aceite de Neem o jabón potásico tienen un alto nivel de éxito para evitar las plagas. La desinfección siempre debe realizarse en horas donde el sol no sea muy intenso.