macedonia

El blooper del pontífice: el día en que el papa Francisco perdió los papeles

Francisco, a los jóvenes: "Uno de los principales problemas de la actualidad y de tantos jóvenes es que han perdido la capacidad de soñar".

miércoles, 8 de mayo de 2019 · 09:19 hs

En un momento de su alocución ante jóvenes en Macedonia, el papa Francisco, durante en el encuentro ecuménico e interreligioso con jóvenes en Macedonia del Norte el Papa mostró que había perdido los papeles. Aceptó que no encontraba una hoja de su discurso. “Se ha caído (la hoja)…mis amigos se han equivocado número de página, aquí está” (risas). La mayor parte de su discurso lo llevó mirando hacia el público varios minutos y buscó casi siempre interactuar con los jóvenes.

El mensaje

Queridos amigos: Siempre es un motivo de alegri´a y esperanza poder tener estos encuentros. Gracias por haberlo hecho posible y haberme regalado esta oportunidad. Gracias de corazo´n por vuestra danza y vuestras preguntas. Las recibi´ y las conoci´a, y prepare´ algunos puntos para este encuentro.

Comienzo por la u´ltima —como dijo el Sen~or, los u´ltimos sera´n los primeros—. Liridona, despue´s de compartirnos lo que anhelabas me preguntabas: «¿Suen~o demasiado?». Una muy linda pregunta que me gustari´a que respondie´ramos juntos. Para vosotros, ¿Liridona suen~a mucho?

Quisiera deciros: nunca se suen~a demasiado. Uno de los principales problemas de la actualidad y de tantos jo´venes es que han perdido la capacidad de son~ar. Ni mucho ni poco, no suen~an; y cuando una persona no suen~a, cuando un joven no suen~a, ese espacio es ocupado por el lamento y la resignacio´n. «Esto lo dejamos para aquellos que siguen a la “diosa lamentacio´n” [...]. Es un engan~o: te hace tomar la senda equivocada. Cuando todo parece paralizado y estancado, cuando los problemas personales nos inquietan, los malestares sociales no encuentran las debidas respuestas, no es bueno darse por vencido» (Exhort. apost. postsin. Christus vivit, 141). Por eso, querida Liridona, queridos amigos, nunca, pero nunca, se suen~a mucho. Tratad de pensar en vuestros suen~os ma´s grandes, como el de Liridona —¿lo recorda´is?—: dar esperanza a un mundo cansado, junto con los dema´s, cristianos y musulmanes. Sin lugar a dudas un suen~o muy hermoso. Ella no penso´ en cosas pequen~as, “rastreras” sino que son~o´ en grande.

Hace unos meses, con un amigo, el Gran Ima´n de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb, tambie´n tuvimos un suen~o muy parecido al tuyo que nos llevo´ a querer comprometernos y firmar juntos un documento que dice que la fe nos tiene que mover a los creyentes a ver en los otros a un hermano que debemos sostener y amar, y no dejarnos manipular por intereses mezquinos1. No hay edad para son~ar... Son~ad, y son~ad a lo grande.

Y eso me hace pensar en lo que nos deci´a Bozanka: que a vosotros los jo´venes os gustan las aventuras. Y me alegra que asi´ sea, porque es la manera ma´s hermosa de ser joven: vivir una aventura, una buena aventura. El joven no tiene miedo a hacer de su vida una buena aventura. Y os pregunto: ¿Que´ aventura requiere ma´s valor que ese suen~o que nos compartio´ Liridona: el de darle esperanza a un mundo cansado?

El mundo esta´ cansado, el mundo esta´ dividido y parece que es rentable dividirlo y dividirnos au´n ma´s; con cua´nta fuerza pueden resonar las palabras del Sen~or: «Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque sera´n llamados hijos de Dios» (Mt 5,9). ¿Que´ adrenalina mayor que la de empen~arse todos los di´as, con dedicacio´n, en ser artesanos de suen~os, artesanos de esperanza? Los suen~os nos ayudan a mantener viva la certeza de saber que otro mundo es posible y que estamos invitados a involucrarnos y formar parte de e´l con nuestro trabajo, con nuestro compromiso y accio´n.

En este pai´s hay una hermosa tradicio´n, la de los artesanos escultores, ha´biles en tallar y trabajar la piedra. Es necesario ser como esos artistas y convertirnos en buenos escultores de los propios suen~os. Un escultor toma la piedra en sus manos y lentamente comienza a darle forma y a transformarla, con dedicacio´n y esfuerzo, y sobre todo con muchas ganas de ver co´mo esa piedra, por la que nadie dari´a nada, se convierte en una hermosa obra de arte.

«Los suen~os ma´s bellos se conquistan con esperanza, paciencia y empen~o, renunciando a las prisas. Al mismo tiempo, no hay que detenerse por inseguridad, no hay que tener miedo de apostar y de cometer errores. Si´ hay que tener miedo a vivir paralizados, como muertos en vida, convertidos en seres que no viven porque no quieren arriesgar, porque no perseveran en sus empen~os o porque tienen temor a equivocarse. Aun si te equivocas siempre podra´s levantar la cabeza y volver a empezar, porque nadie tiene derecho a robarte la esperanza» (Exhort. apost. postsin. Christus vivit, 142). No tenga´is miedo de volveros artesanos de suen~os y esperanza.

«Es cierto que los miembros de la Iglesia no tenemos que ser “bichos raros”. Todos tienen que sentirnos hermanos y cercanos, como los Apo´stoles, que “gozaban de la simpati´a de todo el pueblo” (Hch 2,47; cf. 4,21.33; 5,13). Pero al mismo tiempo tenemos que atrevernos a ser distintos, a mostrar otros suen~os que este mundo no ofrece, a testimoniar la belleza de la generosidad, del servicio, de la pureza, de la fortaleza, del perdo´n, de la fidelidad a la propia vocacio´n, de la oracio´n, de la lucha por la justicia y el bien comu´n, del amor a los pobres, de la amistad social» (ibi´d., 36).

Pensad en Madre Teresa. Cuando vivi´a aqui´ no se imaginaba co´mo seri´a su vida, pero no dejo´ de son~ar y de esforzarse por descubrir siempre el rostro de su gran amor, Jesu´s, en todos aquellos que estaban al borde del camino. Ella son~o´ a lo grande y por eso tambie´n amo´ a lo grande. Teni´a los pies bien plantados aqui´, en su tierra, pero no estaba con los brazos cruzados. Queri´a ser “un la´piz en las manos de Dios”. Ese fue su suen~o artesanal. Lo ofrecio´ a Dios, creyo´, sufrio´, no renuncio´ nunca. Y Dios comenzo´ a escribir pa´ginas ine´ditas y asombrosas con ese la´piz.

Cada uno de vosotros, al igual que Madre Teresa, esta´ llamado a trabajar con sus propias manos, a tomar la vida en serio, para hacer algo hermoso con ella. No permitamos que nos roben los suen~os (cf. ibi´d., 17), no nos perdamos la novedad que el Sen~or nos quiere regalar. Encontrare´is muchos imprevistos, muchos... pero es importante que los afronte´is y busque´is con creatividad transformarlos en una oportunidad. Nunca solos, nadie puede pelear solo. Como lo compartieron Dragan y Marija: “Nuestra comunio´n nos da la fuerza para afrontar los desafi´os de la sociedad actual”.

He ahi´ un hermoso secreto para son~ar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente, no se puede vivir la fe, los suen~os sin comunidad, solo en su corazo´n o en casa, encerrado o aislado entre cuatro paredes, se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante.

¡Que´ importante es son~ar juntos! Como hace´is hoy aqui´, todos unidos, sin barreras. Por favor, son~ad juntos, no solos; con los dema´s, nunca contra los dema´s. Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los suen~os se construyen juntos.

Dragan y Marija nos deci´an lo difi´cil que resulta esto cuando todo parece aislarnos y privarnos de la oportunidad de encontrarnos. En los an~os que tengo —y no son pocos—, ¿sabe´is cua´l es la mejor leccio´n que he visto y conocido a lo largo de mi vida? El “cara a cara”. Hemos entrado en la era de las conexiones, pero poco sabemos de comunicaciones. Muy conectados y poco involucrados los unos con los otros. Porque involucrarse pide la vida, exige estar y compartir momentos buenos... y no tan buenos.

En el Si´nodo dedicado a los jo´venes, que tuvimos el an~o pasado, pudimos vivir la experiencia de encontrarnos cara a cara, jo´venes y no tan jo´venes, y escucharnos, son~ar juntos, mirar hacia delante con esperanza y gratitud. Ese fue el mejor anti´doto contra la desesperanza y la manipulacio´n, contra la cultura de lo instanta´neo y de los falsos profetas que so´lo anuncian calamidades y destruccio´n: escuchar y escucharnos.

Y permitirme que os diga algo que llevo muy en el corazo´n, regalaros la oportunidad de compartir y disfrutar un buen “cara a cara” con todos, pero especialmente con vuestros abuelos, con los mayores de vuestra comunidad. Alguno quiza´s ya me lo ha escuchado decir, pero creo que es un anti´doto contra todos aquellos que quieren encerraros en el presente, ahoga´ndoos y asfixia´ndoos con presiones y exigencias de una supuesta felicidad, donde parece que el mundo se acaba y hay que hacerlo y vivirlo todo ya. Esto genera con el tiempo mucha ansiedad, insatisfaccio´n y resignacio´n. Para un corazo´n enfermo de resignacio´n, ningu´n remedio es mejor que escuchar las vivencias de sus mayores.

Amigos, dedicad tiempo a vuestros ancianos, a vuestros mayores, escuchad sus largas narraciones, que a veces parecen fantasiosas, pero que, en realidad, esta´n llenas de experiencias valiosas, de si´mbolos elocuentes y sabiduri´a oculta que hay que descubrir y valorar. Son narraciones que requieren tiempo (cf. Exhort. apost. postsin. Christus vivit, 195). No olvidemos el dicho que un enano puede ver ma´s lejos desde los hombros de un gigante. Asi´ tendre´is una visio´n como nunca la habi´ais tenido. Entrad en la sabiduri´a de vuestro pueblo, de vuestra gente, sin vergu¨enza ni complejos, y encontrare´is una fuente de creatividad insospechada que lo llenara´ todo, os permitira´ ver caminos donde otros ven murallas, posibilidades donde otros ven peligro, resurreccio´n donde muchos so´lo anuncian muerte.

Gracias, queridos jo´venes por este encuentro. En vuestros testimonios y preguntas descubro inquietudes, suen~os, bu´squeda, toda una tierra fecunda para hacer grandes cosas en vuestras vidas. Me da mucha esperanza ver jo´venes que desmienten las etiquetas establecidas, que no soportan ma´s las divisiones del pasado y el presente, y van ma´s alla´; que no aceptan la lo´gica del descarte y se comprometen; jo´venes que dedican tiempo a servir a los pobres, a defender la vida humana, a promover la familia; jo´venes que no se resignan a la corrupcio´n y luchan por la legalidad; jo´venes que ven la casa comu´n enferma y se empen~an porque este´ ma´s limpia. Asi´, queridos amigos, sois artesanos de esperanza.

Y cuando los suen~os se empequen~ezcan y el corazo´n parezca que se apaga, buscad una comunidad, tomaos de las manos y recordad que hay Alguien que os quiere vivos (cf. ibi´d., 1).

Que el Misericordioso y el Clemente —como lo invocan tan a menudo nuestros hermanos y hermanas musulmanes— os fortalezca y haga que lo que son~a´is con vuestro corazo´n lo poda´is transformar con vuestras manos di´a a di´a.