Una reunión que podría cambiar la guerra: Trump y Putin, frente a frente
El encuentro entre Donald Trump y Vladimir Putin podría definir la resolución del conflicto bélico en Ucrania.
La guerra en Ucrania ha tenido un impacto devastador en términos humanos. Si bien no hay certeza sobre la cantidad de víctimas, se sospecha que son cientos de miles de muertos y millones de heridos.
El desplazamiento forzado también ha sido masivo. Según datos de la ONU, los combates obligaron a casi 8 millones de personas a abandonar Ucrania y provocaron más de 5 millones de desplazados internos.
Económicamente, la guerra ha causado estragos en Ucrania. El Producto Interno Bruto (PIB) del país se contrajo en un tercio en 2022. Aunque ha habido cierto crecimiento posterior, la economía ucraniana sigue siendo solo el 78% de su tamaño previo a la guerra. El Banco Mundial estimó los daños directos de la guerra en 152.000 millones de dólares, con costos de reconstrucción alrededor de 486.000 millones de dólares.
En este contexto, la reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin, que parece inminente, adquiere relevancia ya que plantea escenarios que podrían cambiar el curso de los acontecimientos.
Un conflicto complejo
Para comprender mejor este conflicto, es fundamental considerar sus raíces históricas. Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991, Ucrania ha sido un punto crítico en las tensiones entre Rusia y Occidente. El golpe de Estado contra un presidente ucraniano pro-Moscú, Viktor Yanukóvich, promovido por la administración Obama-Biden en 2014 y la posterior anexión de Crimea por parte de Rusia, marcó un momento decisivo.
Posteriormente, el conflicto se intensificó con la insistencia de Kiev en sumarse a la OTAN, lo que el Kremlin percibió como una amenaza directa a su seguridad. Estos factores, junto a años de inestabilidad en la región étnicamente rusa del Donbás, crearon el contexto para la invasión rusa de 2022.
El papel de Trump
Donald Trump, quien asumirá su segundo mandato en la Casa Blanca el 20 de enero, ha manifestado en reiteradas ocasiones su intención de poner fin a la guerra en Ucrania. Ha calificado el conflicto bélico como “horrible” y ha subrayado su intención de detenerlo rápidamente, asegurando que bajo su administración nunca habría comenzado.
Trump ha destacado que una solución diplomática con Putin, que podría incluir acuerdos bilaterales y concesiones estratégicas como evitar la adhesión de Ucrania a la OTAN, sería su enfoque principal para alcanzar un cese inmediato de las hostilidades.
El rol de Putin
La posible reunión entre Trump y Putin no es una mera especulación. "El presidente Putin dijo que quiere reunirse conmigo lo antes posible… Tenemos que poner fin a esta guerra", declaró días atrás Trump durante un foro de Turning Point, una organización conservadora, en Phoenix, Arizona.
En efecto, el dirigente republicano confirmó que ya se están organizando los preparativos para una reunión, aunque sin detalles concretos. Fuentes cercanas sugieren que la organización podría involucrar a altos diplomáticos de ambos países y posibles mediadores internacionales para asegurar un marco de negociación eficaz.
Se espera que la reunión aborde temas clave, tales como:
- Un cese al fuego inmediato para reducir las hostilidades.
- Garantías de seguridad regional que beneficien a ambas partes.
- El futuro de las relaciones entre Rusia, Ucrania y la OTAN, incluyendo posibles concesiones territoriales y garantías de neutralidad.
- Estrategias para estabilizar los mercados energéticos afectados por el conflicto.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, sugirió que los avances significativos podrían ocurrir una vez que Trump asuma su segundo mandato.
"Una gran parte del problema es que Rusia, durante muchos, muchos años, mucho antes de Putin, dijo: ‘Nunca se podría permitir que la OTAN se involucrara en Ucrania’. Ahora lo han dicho. Eso está escrito en piedra", apuntó el dirigente republicano a la hora de explicar la reacción de Moscú ante el “coqueteo” de Kiev con la organización militar.
"En algún momento Biden dijo: ‘No. Deberían poder unirse a la OTAN’. Bueno, entonces Rusia tiene a alguien a las puertas de su casa, y puedo entender sus sentimientos al respecto", añadió el líder del movimiento MAGA.
Esta postura también es compartida por algunos de sus colaboradores más cercanos, quienes ven la incorporación de Ucrania a la OTAN como un obstáculo para la paz. Por ejemplo, el vicepresidente electo, J.D. Vance, ha sugerido la creación de una zona desmilitarizada entre Ucrania y Rusia, lo que implicaría concesiones territoriales por parte de Ucrania y la garantía de su neutralidad.
El terreno de batalla
Para colmo, en el terreno de batalla, la situación para Ucrania es más complicada que nunca. Las tropas ucranianas enfrentan un panorama desafiante, particularmente en la región oriental del Donbás, donde han perdido terreno de manera constante.
Por eso, se especula que cualquier acuerdo probablemente exigirá concesiones significativas, como la cesión de territorio ucraniano y una garantía formal de que Ucrania no buscará unirse a la OTAN.
Este punto de partida para avanzar en conversaciones de paz puede ser factible teniendo en cuenta el contraste entre las relaciones de Putin con Trump y con el actual presidente Biden.
Mientras que el Kremlin ha mostrado una actitud más favorable hacia el republicano y su equipo, Peskov ha sido crítico con la administración demócrata, acusándola de dificultar las relaciones bilaterales. Inclusive, el portavoz del Kremlin dijo que los demócratas buscan dejar un "legado tóxico" a la nueva administración para que se complique cualquier conversación que conduzca a la paz.
La mirada de Zelenskiy
En este contexto, el papel de Volodymyr Zelenskiy también es crucial. El presidente ucraniano ha señalado que cualquier solución al conflicto debe garantizar la integridad territorial de Ucrania y proporcionar mecanismos de seguridad robustos para evitar futuras agresiones.
Además, Zelenskiy ha pedido a la administración de Trump que ejerza presión sobre Rusia para la retirada de tropas en el Donbás y el fin de los bombardeos en áreas civiles. Según el mandatario de 46 años, las expectativas sobre Trump se centran en su capacidad para persuadir a Putin de que una solución diplomática es la única opción viable, lo cual implica asegurar compromisos internacionales que refuercen la seguridad ucraniana sin sacrificar su soberanía.
Zelenskiy ha expresado su deseo de reunirse con Trump tras su asunción al cargo este 20 de enero, subrayando la necesidad de que Washington desempeñe un papel central en las negociaciones. ¿Se podrá dar este posible encuentro entre Zelenskiy y Trump para facilitar una solución? ¿Logrará Trump mediar eficazmente para poner fin al conflicto? ¿O los desacuerdos sobre la membresía de Ucrania en la OTAN serán un obstáculo insuperable?
Un camino hacia la paz
Una paz negociada podría aliviar el sufrimiento en Ucrania y estabilizar los mercados energéticos. El “miedo” de algunos dirigentes occidentales es que, a la luz de la debilidad ucraniana en el campo de batalla, el acuerdo al que se llegue -con probables concesiones a Moscú- podría ser visto como una victoria diplomática para Putin.
Sin embargo, hay que aclarar, a su vez, que la parte que reclama Rusia (un 18% aproximadamente del actual territorio ucraniano -que ya está ocupado por las fuerzas del Kremlin-) es, en su mayoría, étnicamente ruso y allí se habla ruso. Esos habitantes quieren ser rusos. Si a ello se le suma un acuerdo formal de que la “nueva Ucrania” sea un país independiente, que no pueda formar parte de la OTAN, todo parece indicar que, con esta base, se podría avanzar en un cese el fuego y el inicio de conversaciones de paz.
En este marco, la reunión entre Trump y Putin podría abrir las puertas para dejar atrás un conflicto bélico que dejó millones de víctimas y que, probablemente con otros protagonistas en escena, se podría haber evitado.

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