Crece la escalada de violencia de manifestantes antiinmigración en Gran Bretaña

La escalada de violencia no cesa en Gran Bretaña, que se ha visto sacudida por una ola de fuertes manifestaciones antiinmigración que culminaron este domingo con un hotel para inmigrantes atacado e incendiado en la ciudad de Rotherham. Hasta el momento se han producido al menos 100 detenciones en todo el país.

Los protestantes, entre los que había familias con niños, arrojaron ladrillos a la policía y rompieron varias ventanas del hotel, antes de prender fuego unos contenedores.

El fuego causó numerosos daños y se llamó a los bomberos para que extinguieran las llamas. Afortunadamente, no se registraron heridos graves.

Tanto en Rotherham como en la ciudad de Lancaster, en el noroeste del país, hubo contra manifestantes antirracistas, y la policía mantuvo separados a ambos grupos.

Las manifestaciones son en respuesta al ataque de un adolescente en la localidad de Southport, cerca de Liverpool el pasado lunes. El joven, identificado falsamente como inmigrante, apuñaló mortalmente a tres niñas de entre seis y nueve años durante un acto en una escuela de baile.

Estos incidentes violentos se enmarcan en un clima de creciente tensión y división en el Reino Unido por la cuestión de la inmigración. La serie de ataques en las últimas 24 horas representan el malestar en varias ciudades del país.