Video: violentos disturbios en la décima huelga contra la reforma de las pensiones en Francia

En una jornada que volvió a tener la marca de violentos disturbios, en especial en París y Nantes, 740.000 manifestantes salieron a las calles de toda Francia en la décima jornada de huelga y protestas cuando casi se han cumplido dos semanas desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, impusiera la aprobación de su impopular reforma de las pensiones y se siga negando a dialogar con la oposición y los sindicatos.

"La movilización sigue siendo igual de importante" con "muchos jóvenes" en las marchas, declaró el líder del sindicato CGT -uno de los sindicatos mayoritarios en el país-, Philippe Martinez, para quien todo lo que está ocurriendo es "la prueba de que el movimiento no se agota".

Los sindicatos organizaron ya diez jornadas de protestas masivas desde el 19 de enero contra este resistido proyecto de reforma de las pensiones, manifestaciones que crecieron en intensidad a mediados de marzo cuando Emmanuel Macron la adoptó por decreto al hacer uso del artículo 49.3 de la Constitución con la intención de evitar perder el voto en la Asamblea Legislativa.

Las últimas movilizaciones, también la de este martes, estuvieron marcadas por disturbios y choques entre manifestantes radicales y fuerzas de seguridad en las grandes ciudades. El jueves pasado, uno de los días más críticos, hubo 457 detenidos y 441 policías y gendarmes heridos.

El primer choque de este martes se produjo a primera hora de la tarde en la ciudad de Nantes, donde se incendió un banco y se atacó un tribunal administrativo local. Tras un inicio pacífico de las protestas, jóvenes manifestantes arrojaron proyectiles contra la Policía, que respondió con gases lacrimógenos.

En este contexto de creciente tensión, el Gobierno y los sindicatos buscan calmar los ánimos, si bien se mantienen firmes en sus respectivas posiciones: las organizaciones sindicales exigen la retirada o la suspensión de la reforma, y Macron se opone. Mientras tanto, los sindicatos solicitaron poner en "pausa" la reforma e iniciar una "mediación", petición que el Ejecutivo declinó.

Dos de cada tres franceses, según las encuestas, se oponen a esta reforma, que retrasa gradualmente la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelanta a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42) para cobrar una pensión completa.