Un año después, la explosión de Beirut ha sembrado sólo desolación

Un año se cumple de la tremenda explosión en el puerto de Beirut. La tragedia dejó unos 200 muertos y 7.000 heridos y también un escenario de devastación en 20 kilómetros a a la redonda, con 30.000 personas sin  hogar. Desde aquel momento, no todos pudieron encontrar hogar o arreglar sus casas. Algunos se instalaron en edificios vacíos y a medio caer. 

El Gobierno libanés no ha actuado como se necesitaba. La respuesta ha sido apoyar el trabajo de algunas ONG, la sociedad civil y el sector privado. Sin embargo, hasta ahora, apneas la mitad de los 77.000 inmuebles dañados han sido reparados de alguna manera. 

Los habitantes de Beirut que siguen viviendo en la calle se cuentan por  miles. Se suma la gravísima crisis económica.  

El gran desafío de formar Gobierno 

Najib Mikati, nuevo primer ministro desde la semana pasada tras la renuncia de Saad Hariri, ha llamado a la unidad. Ha aclarado que no podrá hacer milagros. Su gran reto es formar un Gobierno.

El panorama es de corrupción en las instituciones, desde antes de la explosión, por eso, son las organizaciones humanitarias las que asumieron la responsabilidad de proveer lo esencial, como dinero para la compra de alimentos, que alcanzaron precios desorbitados. 

Amnistía denuncia obstrucción de la Justicia 

Ahora, Amnistía Internacional denunció que las autoridades del Líbano obstruyen descaradamente la Justicia en su investigación de lo ocurrido.

El 2020, los dirigentes mundiales prometieron 250 millones de euros de ayuda en una videoconferencia auspiciada por el presidente francés Emmanuel Macron.

Ahora, Francia y la ONU presidirán mañana una nueva reunión online de donantes. Según Naciones Unidas, se necesitan 300 millones de euros para atender las necesidades más urgentes del país. 

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