Caso Keira Bell

¿Los menores pueden decidir? Polémico fallo en Gran Bretaña sobre los niños y la disforia de género

Un fallo del Tribunal Superior de Justicia de Gran Bretaña pone el foco en una tendencia que crece cada vez más.

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MDZ Mundo martes, 15 de diciembre de 2020 · 14:27 hs
¿Los menores pueden decidir? Polémico fallo en Gran Bretaña sobre los niños y la disforia de género

La disforia de género en la niñez y adolescencia vuelve a ser centro de atención luego de un fallo de la justicia británica. El Tribunal Superior se inclinó a favor de Keira Bell, una joven de 23 años que había denunciado a la clínica que la indujo a tratamientos experimentales para el cambio de sexo.

Gran Bretaña: ¿qué dice el fallo del Tribunal Superior de Justicia?

La sentencia se produjo el 1° de diciembre y legitimó los argumentos presentados por Keira Bell. Su postura hacía referencia a que el asesoramiento clínico que había recibido desde chica se había precipitado en asumir que era transexual sin profundizar en aspectos como el psicológico.

Entre otras cosas, el fallo determina que los menores de edad no pueden dar su consentimiento sin estar al tanto de las consecuencias que los tratamientos experimentales pueden generar a largo plazo.

También determina que la cuestión de la disforia de género no es un asunto a ser tratado de manera superficial, sino que exige la aplicación de nuevas políticas que tengan en cuenta los derechos de estas personas y que, al mismo tiempo, aborden la problemática en todas sus dimensiones.

El debate no está puesto en los sentimientos, elecciones y orientaciones que puedan tener los niños y las niñas en relación a su cuerpo y su sexualidad. Por lo contrario, lo que se problematiza es la medicalización que se hace con quienes manifiestan disforia de género a temprana edad.

Keira Bell: ¿qué es la disforia de género y por qué es importante abordarla con seriedad?

La disforia de género es un sentimiento de disconformidad que algunas personas pueden sentir en relación al sexo con el que nacieron.

Keira Bell comenzó a sentirse a disgusto con su cuerpo a la edad de 14 años. Luego de buscar atención en la Clínica de Género para la Niñez del NHS, el sistema sanitario público de Inglaterra, Bell tomó la decisión de cambiarse de sexo.

Para esto acudió a la clínica de género Tavistock y Portman. A los 16 años, Bell se inició con un tratamiento de bloqueadores de la pubertad. A los 17 comenzó a tomar hormonas del sexo opuesto. A los 20, se sometió a una mastectomía doble.

Hoy en día, a sus 23 años, Bell reconoce que “no había nada malo en su cuerpo”. La denuncia que llevó a cabo responde a la premisa de que la clínica en cuestión no debería haber tomado con tanta liviandad y no debería haber estimulado su idea de cambiar de género.

De hecho, la misma Bell argumenta que los niños y las niñas con disforia de género necesitan de mayor apoyo y contención, y no que se los encamine de manera inmediata hacia tratamientos experimentales como es el caso de los mencionados.

En la mayoría de los casos, el efecto a largo plazo de estos tratamientos es desconocido. En este sentido, el fallo del tribunal británico no sólo sienta un precedente, sino que también incita a un abordaje más profundo de la problemática.

 

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