Catástrofe

Tras el devastador paso del Dorian, cunden la violencia y los saqueos en Bahamas

Los propios sobrevivientes aseguran que "la gente se está matado a tiros por agua y comida". Mientras tanto, empieza a llegar  la ayuda internacional. Hasta que no baje el agua, será muy complicado lograr una asistencia más completa.

viernes, 6 de septiembre de 2019 · 20:41 hs

El huracán Dorian, una tormenta de categoría 5, que el domingo prácticamente arrasó Bahamas con vientos sostenidos que llegaron a los 295 kilómetros por hora, ha dejado tras de sí muertos, heridos y muchos testimonios del impacto del fenómeno meteorológico.

Según dan cuenta informes de las agencias AP y EFE, el socorro internacional debió intensificarse hoy cuando los sobrevivientes revelaron dolorosos detalles de las secuelas del destructivo huracán.

"Todo se ha ido, la gente está empezando a entrar en pánico. Saquear, saquear, se están matado a tiros por agua y comida", dijo entre lágrimas Alicia Cooke.

El análisis de las autoridades todavía no alcanza a mensurar la magnitud de los daños que ocasionó la tormenta debido a que la isla aún se encuentra bajo agua. Esto impide el aterrizaje de vuelos y únicamente realizar evaluaciones aéreas.

Así quedaron zonas de la isla Ábaco, duramente castigada por el huracán.

El primer ministro, Hubert Minnis, contó a la CNN que al menos unas 30 personas habían muerto por el huracán, lo que calificó como una "devastación generacional".

El pueblo de Marsh Harbour es uno de los lugares con mayores daños, casas destruidas, coches volcados, inundaciones generalizadas, escombros por doquier. Según un informe de Naciones Unidas, unas 70.000 personas requieren de ayuda inmediata.

"Esto es un infierno en todas partes", sintetizaba el canadiense Brian Harvey, m mientras helicópteros estadounidenses y británicos realizaban evacuaciones médicas y coordinaban esfuerzos de socorro para seguir evaluando los daños y prestando ayuda a los damnificados.

Frente al temor de que la delincuencia aproveche el caos que prima en la zona devastada, el primer ministro Minnis aseguró que se ha reforzado la seguridad y que los saqueadores serán castigados "con todo el peso de la ley".