BBC Mundo
Cumbre de pederastia en la Iglesia católica: las severas críticas al discurso final del papa Francisco
"Decepcionante" es la sentencia de la mayoría de los activistas y víctimas del abuso sexual clerical que habían llegado a Roma durante la histórica cumbre convocada por el papa Francisco sobre la pederastia en la Iglesia católica. <br>
"El papa Francisco había inflado las expectativas", le dijo a BBC Mundo Miguel Hurtado, una de tantas víctimas tras el discurso con el que Francisco concluyó el extraordinario congreso.
"Había dicho que esta cumbre serviría para presentar un plan de acción global con medidas específicas y, al final, en el discurso, fueron puntos muy genéricos y no concretó cómo se va a conseguir el fin de la impunidad de los curas pederastas y de los obispos encubridores", agregó Hurtado, un español que fue abusado a los 16 años en la Abadía Montserrat, en Cataluña.
El Papa prometió el domingo tomar "acciones concretas" para acabar con el abuso sexual a menores dentro de la Iglesia católica, incluyendo llevar ante la Justicia a los sacerdotes que hayan cometido este tipo de delitos.
Hurtado señaló que lo que más molestó a las víctimas, activistas y otros fieles fue "que hablara de temas que no tenían ninguna relación con la pederastia clerical".
"Lenguaje peligroso"
En particular, su comparación de estos delitos con las antiguas prácticas de ritos paganos que mataban niños como sacrificio y llamando a los abusadores "herramientas de Satanás".
"Ese lenguaje es muy peligroso -advirtió Miguel Hurtado- porque en los países donde las víctimas hacen sus denuncias se puede interpretar como si ellos hicieran una labor satánica".
Se entiende que el Papa no se refería a las víctimas como actores satánicos, pero Hurtado alega que sus palabras son tan ambiguas que el hablar de "herramientas de Satanás" los expone a la represalia por parte de la "poderosa jerarquía" de la Iglesia.
Muchos de los activistas quedaron muy molestos con que el Papa se pasara la mitad del discurso hablando de los abusos fuera de la Iglesia. Lo que querían saber es qué va a hacer con los abusadores y sus encubridores. Porque es él quien los tiene en nómina y es él quien los puede despedir.
Uno de los críticos, la víctima italiana Alessandro Battaglia, se quejó de que en ninguna sección del documento final hubiese "ni un nombre, ni una fecha, ni una propuesta concreta".
"Sólo palabras", lamentó Battaglia.
Sin embargo, Shaun Dougherty, que fue abusado de niño en su colegio católico de Pennsylvania, Estados Unidos, reconoció que el Vaticano había dado un paso muy grande, "histórico y monumental", al abordar esa crisis en el marco de un Congreso de obispos.
No obstante, recalcó que "sin acción, sin seguimiento, sin presión continua, no es más que una maniobra de relaciones públicas".
"Credibilidad cero"
Una de las organizaciones que llegó a Roma a ejercer esa "presión" fue ECA, cuyas siglas en inglés significan "Fin al Abuso Clerical", con la que llegó Miguel Hurtado para realizar una cumbre alternativa de vícitmas presentando un plan de acción global e intentando hacer lobby para que el Vaticano adopte las medidas específicas que proponen.
Estas contemplan que el Vaticano acepte e implemente las recomendaciones de la ONU del año 2014 que incluyen:
* mecanismos para despedir a los encubridores,
* la obligación de denunciar todos los casos de pederastia a las autoridades civiles.
También resaltó "la importancia de la transparencia, de entregar los archivos canónicos a las autoridades civiles y no quemarlos o destruirlos como ha reconocido el jefe de la Conferencia Episcopal Alemana que hicieron en su país".
"Ninguna de nuestras demandas está en el documento final del papa Francisco", lamentó Hurtado.
No es que tuviera muchas expectativas, reconoció, pues la Iglesia lleva 20 años diciendo que va a denunciar a los curas pederastas a la policía y que va a sancionar a los obispos encubridores sin cumplir con sus promesas.
"En este momento entre las víctimas, el Vaticano tiene credibilidad cero", declaró.
En su caso caso particular, su abusador está muerto, falleció en el 2008, dijo. Pero el encubridor aún está vivo y lo que busca es que el Vaticano cese al encubridor de los hechos.
Eso, para Hurtado, sería reparar un poco el daño causado, mandaría un mensaje claro para el futuro: "a partir de ahora, el encubrimiento no será tolerado".
Lo único positivo de los últimos días, señaló, es que el Papa y el Vaticano han reconocido que la pelota está en su terreno, que ellos son los que deben acabar con el mecanismo de la impunidad.
"Si no lo hacen, serán los únicos responsables. Ya no podrán echarle la culpa a nadie más. Ni a los medios ni a las víctimas de que vamos calumniando a la Iglesia ni a los grupos ideológicos. Si no se acaba con la pederastia en la Iglesia es porque el papa Francisco y el Vaticano no quieren".
BBC.
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