Rebeldes mataron al menos 62 aborígenes en el noreste de la India

El número de aborígenes masacrados el martes por rebeldes en la selva del noreste de la India ha aumentado a al menos 62, informó hoy la policía, mientras que el Ejército indio envió este miércoles a miles de soldados a las zonas de difícil acceso donde operan los insurgentes, en el estado de Assam.
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Según la emisora india NDTV, los atacantes, vestidos con uniformes militares, entraron en las aldeas armados con fusiles de asalto, derribaron las puertas de las cabañas de paja y comenzaron a disparar. Algunas personas, sobre todo mujeres, fueron sacadas a la fuerza de sus hogares y asesinadas a tiros desde poca distancia.
La policía informó que los atacantes pertenecen a un grupo rebelde que reclama una mayor autonomía en la región. El presidente de la India, Pranab Mukherjee, afirmó que "es necesario reprimir duramente tales acciones terroristas y violentas".
En un mensaje en Twitter, el primer ministro Narendra Modi calificó la matanza como "un acto cobarde". El ministro del Interior, Rajnath Singh, quien se trasladó a la región donde se produjeron los asesinatos, llamó a todos los afectados a mantener una actitud pacífica.
Pese a estar en vigor un toque de queda, cientos de manifestantes se reunieron después de los ataques para protestar. Según datos oficiales, la policía efectuó disparos para dispersar a la multitud matando a tres personas.
Con ataques coordinados, los rebeldes irrumpieron en varias aldeas, donde mataron indiscriminadamente a tiros a la gente, dijo a dpa el inspector de policía local L.R. Bishnoi. En su distrito, Kokrajhar, en la frontera con Bután, habrían sido encontrados hasta el momento 25 cadáveres.
En el vecino distrito de Sonitpur habrían muerto otras 36 personas. "La mayoría de ellas eran mujeres y niños", dijo la jefa local de la policía, Sanjukta Parasar. Los insurgentes habrían incendiado numerosas casas.
Bishnoi habló de un acto de venganza por la reciente intensificación de las operaciones del ejército contra un grupo llamado Frente Nacional Democrático de Bodoland (NDFB-Songbijit), que rechaza las conversaciones de paz que algunos grupos de la etnia bodo mantienen con el gobierno.
Según el periódico "The Times of India", es posible que los rebeldes tuvieran la sospecha de que los aldeanos atacados habían pasado información sobre sus escondites a las fuerzas de seguridad.
La policía informó que un gran número de miembros de las fuerzas de seguridad están combatiendo a los rebeldes en la selva. Todas las carreteras rurales en la región fueron cerradas al tráfico. Además, las autoridades locales instalaron campos de refugiados para aquellas personas que ya no se sienten seguras en sus casas. Según medios indios, también fue cerrada la frontera con Bután.
Tanto los atacantes como las víctimas de la masacre son miembros de la población aborígen que en la India se autodenomina adivasi. En el noreste del país, entre Bangladesh y Myanmar, viven en una delgada franja comunicada con el resto del país numerosos grupos diferentes de adivasis. No pertenecen étnicamente a la población hindú, sino que viven por lo general en comunidades tribales tradicionales.
(DPA)

