Desalojaron a los últimos "indignados" en España
En apenas dos horas y "sin incidentes", un fortísimo despliegue de 300 agentes antidisturbios y municipales, seguidos de una legión de barrenderos y operaciones del servicio municipal, han terminado con lo que quedaba del Movimiento 15-M en el Paseo del Prado y en la Puerta del Sol de Madrid.
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La decisión de desalojar a los últimos acampados en ambas zonas, ha informado a este periódico un portavoz municipal, la tomó ayer "de manera conjunta" el Ayuntamiento y el Ministerio del Interior. Ambas instituciones, continúa la misma fuente, "han decidido, preparado y ejecutado" de común acuerdo la operación. Entre el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y el ministro, Antonio Camacho, hay una "total sintonía". La Delegación del Gobierno, que desde el levantamiento de la gran acampada el 12 de junio sostenía que el barracón informativo que seguía en pie en la plaza era un asunto municipal frente al Consistorio, que sostenía que era una cuestión de "orden público", no ha intervenido, salvo para ejecutar la orden. Fuentes policiales aseguran que un importante dispositivo va estar todo el día desplegado en el centro de la capital para evitar que los indignados regresen a acampar a Sol, así como en el entorno del Congreso de los Diputados y en Cibeles, para evitar posibles manifestaciones de protesta.
La intervención policial se desarrolló de forma "muy tranquila" y "sin incidentes". Tres indignados que han vivido el desalojo contaron a este diario que en la plaza había unas 50 personas durmiendo. Los antidisturbios los han levantado y les han dicho: "Despertaos, tenéis cinco segundos para recogerlo todo e iros". Aunque las formas, aseguran, han sido malas, han obedecido y su reacción ha sido "tranquila". Fuentes policiales aseguran que van a estar todo el día desplegados para evitar que los acampados regresen a Sol, así como en el Congreso de los Diputados y en Cibeles, para evitar posibles manifestaciones de protesta.

