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Huelga en Bolivia impide desesperados intentos de salida de turistas

Potosí, ciudad enclavada en los Andes bolivianos, está enfrascada en una tenaz huelga contra el gobierno de Evo Morales, que ha sorprendido a decenas de turistas que no pueden abandonar la región hacen 12 días.
Turistas que no han podido salir de la región de Potosí. Foto: EFE
Turistas que no han podido salir de la región de Potosí. Foto: EFE
"Hemos tratado de salir tres vecespero es imposible", dijo un francés que junto con decenas de turistas están atrapados hace 12 días en la región de Potosí por un prolongado conflicto regional que mantiene bloqueadas todas las vías de salida de esa zona, en el sur de Bolivia.
  
Potosí, ciudad enclavada en los Andes bolivianos, está enfrascada en una tenaz huelga contra el gobierno de Evo Morales, que ha sorprendido a decenas de turistas que no pueden abandonar la región.
  
Desde el 29 de julio cuando empezó el conflicto, franceses, japoneses, estadounidenses, brasileños, ingleses y peruanos, matan el tiempo con películas, juegos de mesa y sentados alrededor de un café en sus hoteles para contar sus experiencias, mientras que en las calles la población sigue en sus protestas.
  
Además salen a caminar por las angostas y antiguas calles coloniales de Potosí, una ciudad de 160.000 habitantes famosa por la riqueza de sus minas de plata hasta el siglo XIX.
  
Por las noches, tímidos grupos de extranjeros salen a buscar alimentos. "Hay algunos restaurantes abiertos, tenemos que tocar a la puerta y nos abren, y también podemos cocinar aquí en el hostal", dijo a la AFP el francés Pierre Loebe, de 25 años.
  
Mientras tanto, ocho turistas franceses intentaron abandonar Potosí en tres ocasiones, la última el domingo pasado, donde un bus los debía llevar hasta la agreste y gélida localidad de Uyuni, pero un bloqueo de ruta de los mineros les impidió la salida.
  
"Intentamos salir a Uyuni por la noche en un bus pero a una hora de viaje encontramos un bloqueo con mineros borrachos. Intentaron prender fuego al bus con dinamita. Tuvimos miedo pero pudimos volver a Potosí. Hemos tratado de salir tres veces pero es imposible", dijo a la AFP el francés Romain Le Du (21).
  
"Entendemos lo que piensa el pueblo y esperamos que Evo Morales responda; pero claro, tenemos un poquito de miedo porque nos gustaría regresar a casa", dijo por su parte Constanza Tures, de 20 años.
  
Otro problema que deben enfrentar turistas y lugareños es que los cajeros automáticos bancarios se quedaron sin efectivo. "Somos estudiantes y en algún momento se nos acabará el dinero, pese a que Bolivia es barato para nosotros", dijo la francesa Karina Du (20).
  
Unos 40 turistas pudieron salir entre viernes y sábado de Potosí abordo de pequeños aviones fletados por una agencia boliviana y tras una negociación con el comité de huelga, que permitió que para esa operación puntual fuera despejada la pista del aeropuerto, que había sido cubierta de piedras.
  
Según dijo a la AFP la defensora del Pueblo de Potosí, Vivian Lagrava, hubo otro vuelo que debía sacar turistas y no pudo salir por problemas técnicos.
  
Desde el domingo la huelga parece haberse endurecido y nadie sale o entra a la zona. De hecho la dirigencia regional de Potosí advirtió que todos los turistas deberán quedarse hasta que el gobierno nacional atienda sus demandas.
  
En medio de un marcado desabastecimiento de productos, las marchas de protesta se rearticulan a cada momento en calles y avenidas de Potosí, constató la AFP.
  
Por las calles se observa a amas de casa en búsqueda desesperada de alimentos que escasean pues los puestos de venta al menudeo están cerrados. Sólo algunas tiendas de abarrotes han abierto por algunas horas sus puertas, aunque los precios de los alimentos están elevados.
  
Las manifestaciones callejeras son protagonizadas por estudiantes, mineros e incluso empresarios privados que exigen soluciones a las demandas de este departamento.
  
Potosí demanda que el gobierno ponga fin a un conflicto limítrofe con el vecino departamento de Oruro, además de reclamar la construcción de un nuevo aeropuerto y una fábrica de cemento, entre otras demandas.
  
El gobierno nacional condicionó el inicio del diálogo a la suspensión de las protestas, un planteo que aún no tuvo respuesta.