Israel permite el envío de combustible a la franja de Gaza
Buscando alivianar la presiones, Israel permitió el transporte de combustible en la Franja de Gaza. Dos camiones con gas doméstico y tres con gasóleo llegaron para ser utilizados en los generadores.
Varios camiones de transporte de combustible entraron el martes en la franja de Gaza después de que Israel aflojase el bloqueo a este territorio palestino, controlado por el movimiento islamista Hamas, debido al creciente temor internacional de una crisis humanitaria.
Dos camiones que transportaban gas doméstico y otros tres con gasóleo para generadores cruzaron por el paso de carretera de
Nahl Oz, entre Israel y la franja de Gaza, informaron testigos. Esta era la primera vez que entraban en Gaza suministros de
cualquier tipo desde que en la tarde del jueves el ministro israelí de Defensa Ehud Barak ordenó el cierre del territorio en represalia por los persistentes disparos de cohetes palestinos. El bloqueo conllevó el cierre de la única planta eléctrica de Gaza, lo que sumió al territorio en la oscuridad y despertó la preocupación sobre una posible crisis humanitaria en la franja, cuyos 1,5 millones de habitantes dependen en gran medida de la ayuda internacional.
El director de la central eléctrica declaró a la AFP que esperaba poder reanudar la generación de electricidad en pocas horas. "En cuanto llegue la cantidad necesaria de combustible volveremos a poner las turbinas en funcionamiento", afirmó Rafiq Maliha. "Necesitamos por lo menos cuatro horas para hacerlo", agregó.
Ante la expectativa de que con el levantamiento parcial del bloqueo sea necesario algún tiempo para reabastecer el
territorio, los habitantes volvieron a formar colas a la puerta de las escasas panaderías de la franja de Gaza que tiene suficiente combustible para hacer funcionar sus generadores. "He esperado una hora y media", afirma Mayid Abu Qainas, de 47 años, padre de seis niños. "Anoche logré un pedazo pequeño de pan con especias y eso fue todo", agrega. El impacto del bloqueo israelí había despertado el lunes la
alarma internacional y la Unión Europea acusó a Israel de imponer un "castigo colectivo" a la población de la franja de Gaza.
Por su parte, Naciones Unidas advirtió de que no podría distribuir ayuda alimentaria a cientos de miles de personas durante días si continuaba el cierre. La comunidad internacional advirtió asimismo de que el bloqueo amenazaba con dinamitar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos reanudadas el pasado noviembre por iniciativa de Estados Unidos tras años de estancamiento.
El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto mantener el martes una reunión de emergencia para tratar el asunto por petición de los países árabes. Por su parte, el embajador de Estados Unidos en Israel, Richard Jones, declaró el martes a la AFP que Washington "observa
de cerca la situación y no permitirá que se desarrolle una crisis humanitaria en Gaza".
Jones advirtió también a Israel contra el lanzamiento de una operación terrestre de envergadura contra militantes palestinos en Gaza, afirmando que "sabemos cómo comenzaría tal operación pero no sabemos cómo acabaría". Ante la protesta internacional, en la noche del lunes el ministro israelí de Defensa ordenó un levantamiento parcial del bloqueo, permitiendo que el martes comenzase la entrega de
combustible y el miércoles el de medicamentos y otros productos de primera necesidad. El portavoz del ministerio israelí de Relaciones Exteriores, Arieh Mekel, afirmó que la entrega de combustible alcanzaría los 2,2 millones de litros, lo que "debería ser suficiente para que
la planta eléctrica funcione durante una semana". Asimismo, se permitirá la entrada de 50 camiones cargados con ayuda humanitaria, alimentos básicos y medicinas. Trece de esos camiones contendrán ayuda enviada por Jordania."Continuaremos vigilando la situación y actuaremos según lo que suceda en el terreno", afirmó Mekel, haciendo hincapié en que se podría cortar de nuevo el suministro si los militantes
palestinos disparan más cohetes contra Israel desde la franja de Gaza.
Dos camiones que transportaban gas doméstico y otros tres con gasóleo para generadores cruzaron por el paso de carretera de
Nahl Oz, entre Israel y la franja de Gaza, informaron testigos. Esta era la primera vez que entraban en Gaza suministros de
cualquier tipo desde que en la tarde del jueves el ministro israelí de Defensa Ehud Barak ordenó el cierre del territorio en represalia por los persistentes disparos de cohetes palestinos. El bloqueo conllevó el cierre de la única planta eléctrica de Gaza, lo que sumió al territorio en la oscuridad y despertó la preocupación sobre una posible crisis humanitaria en la franja, cuyos 1,5 millones de habitantes dependen en gran medida de la ayuda internacional.
El director de la central eléctrica declaró a la AFP que esperaba poder reanudar la generación de electricidad en pocas horas. "En cuanto llegue la cantidad necesaria de combustible volveremos a poner las turbinas en funcionamiento", afirmó Rafiq Maliha. "Necesitamos por lo menos cuatro horas para hacerlo", agregó.
Ante la expectativa de que con el levantamiento parcial del bloqueo sea necesario algún tiempo para reabastecer el
territorio, los habitantes volvieron a formar colas a la puerta de las escasas panaderías de la franja de Gaza que tiene suficiente combustible para hacer funcionar sus generadores. "He esperado una hora y media", afirma Mayid Abu Qainas, de 47 años, padre de seis niños. "Anoche logré un pedazo pequeño de pan con especias y eso fue todo", agrega. El impacto del bloqueo israelí había despertado el lunes la
alarma internacional y la Unión Europea acusó a Israel de imponer un "castigo colectivo" a la población de la franja de Gaza.
Por su parte, Naciones Unidas advirtió de que no podría distribuir ayuda alimentaria a cientos de miles de personas durante días si continuaba el cierre. La comunidad internacional advirtió asimismo de que el bloqueo amenazaba con dinamitar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos reanudadas el pasado noviembre por iniciativa de Estados Unidos tras años de estancamiento.
El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto mantener el martes una reunión de emergencia para tratar el asunto por petición de los países árabes. Por su parte, el embajador de Estados Unidos en Israel, Richard Jones, declaró el martes a la AFP que Washington "observa
de cerca la situación y no permitirá que se desarrolle una crisis humanitaria en Gaza".
Jones advirtió también a Israel contra el lanzamiento de una operación terrestre de envergadura contra militantes palestinos en Gaza, afirmando que "sabemos cómo comenzaría tal operación pero no sabemos cómo acabaría". Ante la protesta internacional, en la noche del lunes el ministro israelí de Defensa ordenó un levantamiento parcial del bloqueo, permitiendo que el martes comenzase la entrega de
combustible y el miércoles el de medicamentos y otros productos de primera necesidad. El portavoz del ministerio israelí de Relaciones Exteriores, Arieh Mekel, afirmó que la entrega de combustible alcanzaría los 2,2 millones de litros, lo que "debería ser suficiente para que
la planta eléctrica funcione durante una semana". Asimismo, se permitirá la entrada de 50 camiones cargados con ayuda humanitaria, alimentos básicos y medicinas. Trece de esos camiones contendrán ayuda enviada por Jordania."Continuaremos vigilando la situación y actuaremos según lo que suceda en el terreno", afirmó Mekel, haciendo hincapié en que se podría cortar de nuevo el suministro si los militantes
palestinos disparan más cohetes contra Israel desde la franja de Gaza.

