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El mundo abre una ronda de consultas sobre el futuro de Kosovo

Uno de los temas a tratarse será la independencia de Kosovo sobre Serbia, aunque albanos-kosovares reiteran que hay líneas rojas que no cruzarán. Estas negociaciones se llevarán a cabo bajo la administración de la ONU.
Tratarán la independencia de Kosovo Foto: EFE
Tratarán la independencia de Kosovo Foto: EFE
La reunión de las tres potencias del Grupo de Contacto, integrada por representantes de la Unión Europea, EEUU y Rusia, visitan hoy Belgrado para iniciar una nueva ronda de negociaciones sobre el futuro estatuto de Kosovo, región bajo administración de la ONU desde 1999.

La "troika" (reunín de los tres grupos), formada por el diplomático alemán Wolfgang Ischinger en nombre de la UE, el ruso Aleksandar Bocan-Harchenko y Frank Vizner, de EEUU, será recibida por el presidente de Serbia, Boris Tadic, el primer ministro, Vojislav Kostunica, y otros altos funcionarios serbios.

El sábado la "troika" se traslada a Pristina, capital de Kosovo, donde hablará con los máximos representantes de la UNMIK (La Misión de la ONU en Kosovo) y la KFOR (la Fuerza de la OTAN para Kosovo), el presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu, y el primer ministro, Agim Ceku, mientras que el domingo se reunirá con los representantes serbo-kosovares.

La nueva ronda de negociaciones de 120 días ha sido acordada después de que Serbia y su aliada, Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad con derecho a veto, rechazara el plan del enviado especial de la ONU para Kosovo, Marti Ahtisaari, sobre el futuro estatuto legal de la región.

El plan implicaba una independencia bajo supervisión internacional para esa región, poblada por más de un 90 por ciento de albaneses, que en la antigua Yugoslavia era una región autónoma dentro de Serbia.

Serbia rechaza rotundamente la independencia de Kosovo y ofrece a cambio una amplia autonomía, mientras que algunos analistas han mencionado la posibilidad de dividir la región, de modo que el norte de Kosovo, donde se concentra la minoría serbia, pase a control de Belgrado.

Al término del período de 120 días, la "troika" deberá informar al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, acerca del contenido y los resultados de las negociaciones.

Por ahora y como en la pasada ronda de 14 meses de negociación auspiciada por la ONU, Belgrado y Pristina defienden posturas irreconciliables.

Belgrado insiste en que el plan de Ahtisaari no puede ser la base de las negociaciones, que no se imponga un límite temporal a los contactos y que toda decisión respecto al futuro de Kosovo debe ser aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Los responsables albano-kosovares reiteran que "el plan de Ahtisaari, la independencia de Kosovo y su integridad territorial no son negociables" y han marcado esos tres aspectos como las líneas rojas que no cruzarán.

Aseguran estar abiertos a las negociaciones, pero advierten de que "ya no queda espacio para compromisos" ya que éste "ya se gastó" en las negociaciones de Viena patrocinadas por Ahtisaari.