En Bolivia hoy festejan la fiesta de los difuntos
En el altiplano boliviano se celebra hoy la fiesta de los difuntos. La celebración mezcla ritos y supersticiones católicas e indígenas, con el comercial "halloween", importado recientemente. En las calles, una semana antes, comienzan a verse calabazas en los barrios más ricos de la región y puestos ambulantes vendiendo "tantaguaguas".

En el altiplano boliviano se celebra hoy la fiesta de los difuntos con un peculiar sincretismo que mezcla ritos y supersticiones católicas e indígenas con la comercial celebración de halloween, importada recientemente de Estados Unidos.
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Una semana antes del 1 de noviembre, en las calles se empieza a respirar la importancia de la celebración, con las inevitables calabazas en los barrios más ricos de la región y puestos ambulantes vendiendo "tantaguaguas".
Las "tantaguaguas" son panes cargados de simbología que, con forma de animalitos o personas y adornados con caretas o cualquier otro motivo, representan a los seres queridos ya fallecidos.
El día de difuntos, los indígenas bolivianos almuerzan junto a un altar en el que no falta la coca, las frutas y el alcohol, ni las comidas favoritas de los familiares desaparecidos, cuyas almas presentes son representadas por las "tantaguaguas" y una fotografía.
Según la tradición, las almas "visitaron" hoy la que fue su casa a las doce en punto y se marcharán un día después, cuando las familias acudirán al cementerio para despedirla con gran cantidad de comida y, sobre todo, mucha bebida.
El ministro boliviano de Exteriores, el indígena aimara David Choquehuanca, destacó esta antigua tradición montando un altar propio en la Cancillería, la mencionar que la fiesta es un "apthapi", es decir, un almuerzo comunitario, con las almas de los difuntos.
"Cuando nos morimos, no nos vamos al cielo, ni al infierno. Estamos aquí nomás", dijo Choquehuanca al agregar que así está escrito en la biblia que habla de paraíso terrenal y no de que el alma se va al cielo o al infierno.
Este año ha vuelto a despertar polémica la prohibición de introducir alcohol en los camposantos municipales, aunque el viceministro de Seguridad Ciudadana, Marcos Farfán, dijo que beber en el cementerio es parte de la tradición boliviana.
En el cementerio paceño se puede encontrar una zona dedicada a "los notables", donde están ex presidentes y próceres de la sociedad de la ciudad, pero en contraste gran parte de los nichos son de adobe y los más visitados estas fiestas por la población aimara.
Las familias bolivianas repartieron la comida del altar entre los vecinos que acudían a sus casas o al cementerio a rezar por el alma, siempre a cambio de recibir comida, bebida y coca.
El reencuentro con los difuntos en la zona andina de Bolivia culminará el próximo día 8 con la celebración de fiesta de las "ñatitas", una procesión en la que se rinde culto a las calaveras.
Incluso algunos emplean los cráneos de familiares previamente robados del cementerio o de terceros comprados a los tanatorios, donde los cuerpos no fueron reclamados.
La fiesta de las "ñatitas" suele terminar en un "preste", una fiesta en la que la comida tradicional es más que abundantemente acompañada por el alcohol.
La iglesia boliviana actúa con cierta tolerancia ante estas celebraciones, que son tradiciones de origen andino, aunque fuertemente mezcladas con las católicas.
Pero Bolivia es un país de contrastes en el que la creencia católica sirve de puente entre las costumbres andinas, (casi desaparecida de los núcleos urbanos) y halloween (llegado desde Norteamérica directamente y en exclusiva a las áreas más desarrolladas del país).
De la misma forma que en Bolivia el nivel socioeconómico casi siempre tienen color de piel, oscuros son los pobres y pálidos los ricos, las tradiciones también tienen color.
Los barrios más ricos, donde la presencia de lo occidental gana a la tradición andina, aparecieron llenos de calabazas y de locales decorados con motivos alusivos a la "noche de brujas".
Las fiestas con gente disfrazada van creciendo en la misma medida en que la tradición anglosajona de origen celta de celebrar halloween se va extendiendo por el mundo.
La celebración importada de Estados Unidos también crece por toda Bolivia, especialmente entre los niños, a los que sin duda convence más la calabaza, el disfraz y los dulces que rezar.
Aquí un video de la celebración.
El ministro boliviano de Exteriores, el indígena aimara David Choquehuanca, destacó esta antigua tradición montando un altar propio en la Cancillería, la mencionar que la fiesta es un "apthapi", es decir, un almuerzo comunitario, con las almas de los difuntos.
"Cuando nos morimos, no nos vamos al cielo, ni al infierno. Estamos aquí nomás", dijo Choquehuanca al agregar que así está escrito en la biblia que habla de paraíso terrenal y no de que el alma se va al cielo o al infierno.
Este año ha vuelto a despertar polémica la prohibición de introducir alcohol en los camposantos municipales, aunque el viceministro de Seguridad Ciudadana, Marcos Farfán, dijo que beber en el cementerio es parte de la tradición boliviana.
En el cementerio paceño se puede encontrar una zona dedicada a "los notables", donde están ex presidentes y próceres de la sociedad de la ciudad, pero en contraste gran parte de los nichos son de adobe y los más visitados estas fiestas por la población aimara.
Las familias bolivianas repartieron la comida del altar entre los vecinos que acudían a sus casas o al cementerio a rezar por el alma, siempre a cambio de recibir comida, bebida y coca.
El reencuentro con los difuntos en la zona andina de Bolivia culminará el próximo día 8 con la celebración de fiesta de las "ñatitas", una procesión en la que se rinde culto a las calaveras.
Incluso algunos emplean los cráneos de familiares previamente robados del cementerio o de terceros comprados a los tanatorios, donde los cuerpos no fueron reclamados.
La fiesta de las "ñatitas" suele terminar en un "preste", una fiesta en la que la comida tradicional es más que abundantemente acompañada por el alcohol.
La iglesia boliviana actúa con cierta tolerancia ante estas celebraciones, que son tradiciones de origen andino, aunque fuertemente mezcladas con las católicas.
Pero Bolivia es un país de contrastes en el que la creencia católica sirve de puente entre las costumbres andinas, (casi desaparecida de los núcleos urbanos) y halloween (llegado desde Norteamérica directamente y en exclusiva a las áreas más desarrolladas del país).
De la misma forma que en Bolivia el nivel socioeconómico casi siempre tienen color de piel, oscuros son los pobres y pálidos los ricos, las tradiciones también tienen color.
Los barrios más ricos, donde la presencia de lo occidental gana a la tradición andina, aparecieron llenos de calabazas y de locales decorados con motivos alusivos a la "noche de brujas".
Las fiestas con gente disfrazada van creciendo en la misma medida en que la tradición anglosajona de origen celta de celebrar halloween se va extendiendo por el mundo.
La celebración importada de Estados Unidos también crece por toda Bolivia, especialmente entre los niños, a los que sin duda convence más la calabaza, el disfraz y los dulces que rezar.
Aquí un video de la celebración.
Fiesta de Todos los santos - Anzaldo, Bolivia