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Se estrenó "Nébulo", la nueva serie mendocina de fantasía apocalíptica

Dirigida por Gabriel Dalla Torre, la serie es protagonizada por un grupo de adolescentes que intentan sobrevivir luego de que un virus afectara a todos los mayores de 20 años.

MDZ Show
MDZ Show viernes, 9 de abril de 2021 · 10:42 hs
Se estrenó "Nébulo", la nueva serie mendocina de fantasía apocalíptica
Foto: Publicada en Telam

Nébulo, la serie de ciencia ficción apocalíptica mendocina protagonizada por un grupo de adolescentes que intentan sobrevivir tras la aparición de un misterioso virus, ya puede verse de manera gratuita en la plataforma pública de streaming Contar.

"La historia podría definirse como de ideas en un momento, en el que los personajes discuten sobre paradigmas, el pasado y el tiempo en un escenario en el que deben organizarse y valerse por sí solos luego de que el extraño patógeno afectara a todos los mayores de 20 años", comentó Gabriel Dalla Torre, director y guionista, en dialogo con Telam. 

La serie, compuesta por cuatro episodios de 26 minutos cada uno, comienza cuando unas extrañas formaciones de insectos aparecen moviéndose en el cielo y, de un momento al otro, mientras todos los dispositivos electrónicos fallan, las personas mayores de 20 años empiezan a llorar lágrimas negras. El episodio provoca que aquellos que fueron afectados por el presunto virus queden en un profundo estado de coma, dejando a los menores a cargo de su propia supervivencia en ese escenario paralizado y de total desolación.

Dos años más tarde, Alex (Gabriel Epstein), un joven con grandes conocimientos científicos, ocupa el lugar de liderazgo en una comunidad instalada en la montaña, donde cuenta con un laboratorio en el que lleva adelante sus esfuerzos por conocer más sobre el patógeno y descubrir una cura, ayudado por los videos que le había dejado grabados su padre, el doctor Rez (Fabián Arenillas, en una participación especial), y la inteligencia artificial "Sebas", aparecida el día en que todo se desató.

Dalla Torre señaló que fue un desafío llevar a cabo una buena parte del rodaje en plena montaña hacia fines del otoño, pero que la experiencia "pagó", porque lograron contar con locaciones reales rodeadas de naturaleza y espacios abandonados, una parte fundamental de la atmósfera que quiso recrear para la narrativa.