Increíble relato: Juana Repetto contó cómo su hijo superó su mayor miedo
La actriz compartió con su millón y medio de seguidores en Instagram una reciente experiencia de aprendizaje junto a su pequeño.
Juana Repetto es una de las figuras argentinas que más activa está en sus redes sociales. En Instagram comparte, con su millón y medio de seguidores, fotografías junto a su familia, postales de sus viajes y también aprovecha para reflexionar sobre vivencias que tiene junto a su pequeño hijo Toribio. Ahora, la actriz subió una serie de instantáneas y videos de su pequeño nadando y sorprendió a todos con lo que contó. La hija de Reina Reech reveló cómo logró que su hijo superara su mayor miedo: el agua.
"Los que me siguen de hace rato saben que Toro es bastante mandado y poco temeroso en lo que respecta a lo corporal. Es un niño que tiene un muy buen manejo y conciencia acerca de su cuerpo. Era impensado para nosotros (su familia) que el agua le diera tanto miedo", comenzó su relato.
"Les hablo de miedo a nivel de no meter un pie en el primer escalón de una pileta, literalmente. Como siempre está la ansiedad y la expectativa personal, en este caso se suma que el que sepa nadar es una gran tranquilidad para nosotros a nivel seguridad y ni hablar de la mirada del resto, que como siempre es un grano en el c***", continuó.
"La cuestión es que yo (que a veces caigo en todo lo anterior, pues soy humana) le insistía en que se metiera al agua, él me decía claramente que le daba miedo y no quería. Por suerte, como generalmente logro ver cuando estoy forzando algo al p***, confío, acompaño y espero. Pero... Quería que le perdiera el miedo al agua y le propuse empezar natación en lo de unos amigos y le encantó la idea", señaló.
Posteriormente explicó los métodos que utilizaron y el gran resultado al que llegaron. “Tomamos esas primeras clases en las que no lo obligamos a hacer nada que no quisiera o que le diera inseguridad, y empezó a divertirle meterse en la pileta pero con la profe nomás. Ni a upa mío, ni solo, ni con los bracitos. ¡Pánico! Busqué herramientas que lo ayudaran a poder disfrutar sin sentir miedo y entre el flota flota, más las clases, más unos bracitos... De a poco se fue mandando”, indicó.
"Para mí fue una sorpresa total, jamás imaginé que llegaría tan pronto, estábamos eligiendo bracitos nuevos y demás... No era el año en el que se largaría. A los dos días estaba flotando, boca arriba, boca abajo, girando bajo el agua y saltando compulsivamente", contó.
"Siento que cada vez que ‘flaqueé' intentando ′ayudar’ a que aprenda a nadar incitándolo a hacer algo que no quería o para lo que no se sentía listo, exponiéndolo a sentir miedo, solamente logré paralizarlo aún más, el efecto contrario, lo tiré un paso (o varios) para atrás. Simplemente por una ‘necesidad’ mía", reconoció.
"Cada vez que intenté intervenir en algún proceso evolutivo de mi hijo no logré nada. Siempre que confié, acompañé, estuve ahí brindando las herramientas que me pedía, todo llegó. Alimentación, habla, caminata, teta, pañal y hoy esto. Me recuerdo y nos recuerdo todo esto porque nunca está de más", cerró.