Mascarillas faciales: qué son y cómo se usan
Las mascarillas faciales son productos cosméticos que hasta hace unos años se veían como algo costoso o reservado para sesiones de spa de lujo, pero hoy se volvieron el boom de la cosmética. Ideales para complementar y completar de forma sencilla el ritual de cuidados del rostro a diario. Para que sean realmente efectivos hay que buscar la que más se adecue a cada tipo de piel y que contenga los activos necesarios que ayuden a mejorar la dermis facial.
¿Por qué están tan de moda? Porque ofrecen beneficios desde la primera aplicación en tan solo unos minutos, permitiendo purificar, hidratar o iluminar la zona.
¿Cuál elegir según tipo de piel?
-Para pieles secas: deben utilizar una mascarilla hidratante.
-Para pieles acneícas: deben utilizar mascarilla purificante y calmante.
-Para pieles con rojeces: sean hidratante y calmante.
-Para pieles fotoenvejecidas: las antioxidantes que iluminen e hidraten la piel.
-Para pieles con manchas: necesitan activos que unifiquen el tono de la piel.
¿Cuáles puedo usar en casa?
Si bien comúnmente vienen en pote tipo gel, crema o sistema peel off, (es decir, a medida que van secando se transforma en una película fina transparente, y se pueda retirar de una sola vez.). Existen también las mascarillas impregnadas en un tejido, tipo velo, que se adaptan a la piel y al formato del rostro ejerciendo una acción más oclusiva y dándonos así un aspecto "fantasmin" muy gracioso.
Las de formato monodosis, es decir que vienen en pequeños sobres nos permiten probar estos cosméticos sin gastar tanto y poder intercalar según la necesidad a cubrir.
¿Cómo las aplico?
1)Manos limpias.
2) Piel limpia.
3) Exfoliar la piel, para que esté más receptiva a los activos de la misma (excepto para aquellas con acné).
4) Esparcimos con los dedos o pincel de forma homogénea sobre la piel seca y se deja actuar durante los minutos que indica el producto.
Flor de tip: antes de usar este tipo de producto, es conveniente informarse de sus propiedades y modos de empleo recomendados por cada laboratorio.
Mientras reposa la mascarilla y actúa sobre la piel podemos tratar de relajarnos para poder obtener mejores resultados y disfrutar del spa en casa. Buen plan para un domingo o luego de la oficina, mientras vemos tele o una buena serie en Netflix.
5) Podemos retirarla con esponja u algodón embebido en agua tibia, secar suavemente con papel o toalla sin frotar y continuar aplicando el resto de productos de belleza que se usen a diario.
Podemos utilizarla cada semana e ir alternando las mascarillas para probar cómo actúan los diferentes activos sobre nuestra piel. No dejés de consultar a tu cosmetóloga o dermatóloga sobre cualquier duda o como potenciar el tratamiento de forma conjunta.
¿Empezamos ya?