Encuentro

Ironman 70.3 de Río de Janeiro con podio mendocino

Carlos Aloisi se subió al podio en Rio, al frente de un numeroso grupo de mendocinos.

miércoles, 25 de septiembre de 2019 · 01:15 hs

Con el foco en plantear desafíos de pensamiento crítico en un mundo lleno de cambios y nuevas perspectivas, la edición número XIV de Mundaneum que se realizará por primera vez en Mendoza, reunirá a cientos de especialistas en arquitectura, diseño y urbanismo de América Latina y traerá como temáticas de sus conferencias tres grandes motores de gestión actual: la sustentabilidad, el urbanismo responsable y la tecnología y modernización en esos tres ámbitos.

"Mundaneum trata de enfocarse en aquellos temas pertinentes y relevantes que involucran a diseñadores, arquitectos y urbanistas, invitando a prestigiosos profesionales de esas tres disciplinas para que compartan sus experiencias e investigaciones en pos de establecer lazos a futuro. Esta edición además será muy especial porque, por primera vez en veinte años, a los ejes de arquitectura y urbanismo se añadirá otro de diseño en el mismo nivel de importancia", explica en diálogo con MDZ Álvaro Rojas, reconocido arquitecto costarricense y cofundador de Mundaneum.

Dicha trascendencia se verá reflejada en el despliegue que se montará del 1 al 5 de octubre en el complejo de la Nave Cultural: con cinco días de duración (en ediciones anteriores han sido tres jornadas), se utilizarán las cuatro naves (Cultural, Universitaria, Báscula y Creativa) para las actividades culturales y exposiciones que brindarán 55 conferencistas de todo el mundo, ante una concurrencia que se espera será récord en los veinte años de existencia de este evento. "Tendrá un atractivo particular por la escala y el impacto que dejará en los profesionales de Latinoamérica, ya que conocer y oír a expertos de otros lugares enriquece y aporta nuevas ideas", resalta Rojas.

Para Rojas, quien impulsó la creación de Mundaneum junto a un grupo de colegas a fines de la década de 1990 luego de un encuentro en Río de Janeiro en el que coincidieron sobre las dificultades de la arquitectura y el urbanismo en América Central, los participantes de estas experiencias pueden “descubrir que hay no solo problemáticas similares entre los países de la región respecto a la arquitectura, el urbanismo y el diseño, sino que además existe mucha gente que impulsa iniciativas muy exitosas e innovadoras en pos de aportar soluciones a algunos de esos problemas”.

- ¿Cuáles son los temas que más preocupan en América Latina respecto a la arquitectura, el urbanismo y el diseño?

- Cuando nació la idea de Mundaneum hace más de veinte años, coincidimos con mis colegas en que los problemas de América Central son muy particulares y en algunos casos difieren de las realidades de otros países. Por ejemplo, respecto al estado de la arquitectura y las ciudades en Costa Rica y Argentina, tenemos diferencias abismales, porque en mi país existen serios problemas urbanos a raíz de una grave ausencia de planificación del territorio y la ciudad, mientras que, por otro lado, es evidente que aquí se desarrolló una historia diferente con políticas de buen urbanismo iniciadas mucho antes. De todas maneras, hay algunos problemas muy comunes en la región, que son físicos y de impacto ambiental.

- Muchas veces las soluciones a esos problemas requieren de la voluntad política del Estado ¿Cómo los profesionales deberían encarar ese aspecto para materializar sus proyectos?

- Obviamente la voluntad política es esencial, por lo tanto arquitectos, diseñadores y urbanistas tenemos que hacer grandes esfuerzos en influir sobre los políticos y los sistemas burocráticos para impulsar acciones que modifiquen los problemas urbanos. Por ejemplo, en Costa Rica hay un urbanista joven que se está lanzando a alcalde por la ciudad de San José; creo que esa es una buena forma de intentar influir y participar en los procesos de solución.

- En los últimos años se ha impulsado la idea de conservación y preservación del patrimonio arquitectónico y urbanístico. ¿Cree que se le está dando la importancia que requiere?

- Hay mayor conciencia en esos temas, con muchos profesionales estudiando y planteando el rescate de tantos edificios como se pueda y reciclarlos según las necesidades y los cambios en las ciudades. Si bien creo que es un asunto universal, dudo que todavía se esté convirtiendo en una forma extendida dentro de la realidad y hay mucho sobre lo que trabajar.

- ¿Y qué sucede con el diseño industrial, históricamente abocado a la innovación permanente?

- Hace años tuve una escuela de arquitectura en Costa Rica y uno de los profesores solía decir en forma de autocrítica que los diseñadores industriales producían basura, es decir, diseñaban productos que pronto pasaban de moda y los reemplazaban por otros modelos. Hoy existe mayor conciencia entre los diseñadores industriales acerca de lo que se proyecta y fabrica eventualmente, no tanto pensando en el consumo y la moda sino en la utilidad, la calidad y la durabilidad del producto.

Por muchos años hubo una especie de obsesión con la innovación per se, es decir, para que el consumidor tire la cosa vieja y compre la nueva, una visión totalmente contraria a la que hoy las sociedades necesitan. En ese sentido, me parece que este Mundaneum será muy importante y marcará una diferencia precisamente por la inclusión de tantos diseñadores industriales, quienes tienen que estar muy conscientes en cómo enfocar su trabajo y en el manejo del consumismo.

- ¿Hacia dónde deberíamos apuntar al futuro como sociedad respecto a la arquitectura y el diseño?

- Hoy se contempla muchísimo más el pensamiento crítico, a la vez que las búsquedas apuntan claramente a innovar en otras cosas, no necesariamente en el diseño per se de los edificios sino en otros aspectos más específicos como, por ejemplo, el impacto ambiental de la producción de los materiales. Un caso paradigmático es el hormigón, ya que hay una gran discusión sobre su aplicación porque su fabricación requiere de muchísima energía y es uno de los materiales más usados.

Si bien estamos lejos de alcanzar un equilibrio real, reconozco que existe mucha conciencia y preocupación de profesionales e instituciones que están asumiendo seriamente las problemáticas e investigando más a fondo para resolverlas.