Inteligencia alimentaria para comer en el cole

Se asoma marzo y los días se tornan caóticos en el intento de ordenar y reorganizar un comienzo anunciado: las clases. La lista es larga; uniforme, libros, útiles, horarios, reuniones, ¿y la comida? ¿La incluimos en el check list? ¿La incluimos cuando planificamos el año escolar?

Por lo general, es un ítem olvidado e improvisado desde el inicio de clases, lo que lo condena al olvido durante el resto del año. No tener en cuenta la alimentación en época de clases, es no reconocer la importancia del comer como valor nutricional, pero además tampoco como un aprendizaje; ya que la comida está estrechamente relacionada con lo afectivo, con las formas de relacionarse con los demás, con el placer, con el comer consciente, con un espacio de comunicación e identificación social y cultural.

En ocasiones, se deja de lado un encuentro valioso, perdiendo un contexto que puede ser muy útil en la educación para la vida; ya que las actitudes hacia la comida, el tiempo destinado a alimentarse, la autonomía, la regulación de las señales de hambre y saciedad, los modelos guía y las asociaciones afectivas positivas o negativas se construyen al momento de comer.

Asegurar un menú nutritivo, pero además variado desde el punto de vista sensorial, motor, lingüístico y emocional y seguro desde lo relacional es un desafío y una oportunidad al mismo tiempo, si tenemos en cuenta que la conducta alimentaria representa el primer modelo regulador bio-psico-familiar y más tarde escolar.

El ambiente socio-afectivo que rodea a la comida es un factor importante y decisivo para la adquisición de hábitos sanos y la gestión de una alimentación responsable.

Incluyamos la alimentación como ítem importante y planificable, para que la escuela sea un lugar lleno de oportunidades, de aprendizaje continuo y útil para la vida, para que cada vez más niños puedan desarrollar su propia inteligencia alimentaria.

Lic. Noelia Giorlando - noeliagiorlando@gmail.com - Cel: +54 9 261 654-6257