El pueblo que enamora al mundo con sus playas e historia
Este pueblo es ideal para los amantes de la playa y la cultura. Está ubicado en España y quienes lo conocen, aseguran que es una visita obligada.
En un rincón privilegiado del mar Mediterráneo se encuentra este destino que combina playas de ensueño con una historia fascinante. Forma parte de la prestigiosa lista de Los Pueblos más bonitos de España, y en esta nota exploraremos las razones que lo hacen tan especial.
A unos 150 kilómetros al norte de Valencia, este pueblo medieval conserva sus murallas, castillos y los secretos de su pasado. Hablamos de Peñíscola, un lugar perfecto para disfrutar del sol, el mar y, al mismo tiempo, dejarse cautivar por su rica historia.
"Si te acercas a este bello enclave descubrirás una ciudad medieval adentrada en el mar, presidida por un orgulloso Castillo Templario en un fantástico estado de conservación rodeado de un hormiguero de calles de trazado medieval que te trasladan por momentos a la misma alpujarra granadina, que a cada paso te sorprenderán con hallazgos tan singulares como su bufador", describen desde el sitio lospueblosmasbonitosdeespaña.com.
El casco antiguo, lleno de encanto y tradición, contrasta con las modernas calles y avenidas de la zona turística. Al sur, la costa de este destino se despliega con abruptos acantilados que realzan su belleza natural.
Lo que no te puedes perder de este pueblo:
- Playas y calas: con 16 opciones para elegir, las playas y calas de Peñíscola son perfectas para disfrutar del verano y relajarse al sol. Sus aguas tranquilas, con pocas olas, las convierten en lugares seguros para nadar.
- El castillo: declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931, se alza en la cima del peñón, a 64 metros sobre el nivel del mar, rodeado por un perímetro de 230 metros. Construido por los Templarios sobre restos de una antigua alcazaba árabe, fue reformado durante el mandato de Benedicto XIII, transformándose en palacio papal.
- Las murallas: estas imponentes estructuras, construidas en diferentes épocas, configuran la imagen fortificada de Peñíscola. Se dividen en tres zonas con características arquitectónicas y militares únicas. Destaca la muralla renacentista, que forma el frente principal de la fortificación.
- Iglesia de Santa María de Peñíscola: situada en pleno casco antiguo, este templo combina tracería gótica del siglo XV con elementos románicos, como su puerta. Alberga un valioso tesoro histórico-artístico, incluyendo una cruz procesional de Benedicto XIII, un cáliz del Papa Luna y un relicario de Clemente VIII.
- Casa de las Conchas: paseando por el casco antiguo, es imposible no detenerse ante esta peculiar casa, cuya fachada está completamente decorada con conchas marinas, un detalle que sorprende a todos los visitantes.