Casi la mitad de los mendocinos es pobre o indigente y advierten que la situación puede empeorar
Así lo reveló Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente al 2023 publicada por la DEIE. Expertos advierten que el escenario de este año puede haber empeorado.
La Encuesta de Condiciones de Vida publicada por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) dejó evidenciado un crudo dato sobre los mendocinos: casi la mitad de la población de Mendoza está por debajo de la línea de la pobreza o la indigencia, es decir, sus ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas o las alimentarias. Las cifras corresponden al 2023, por lo que los expertos advierten que la situación podría ser peor para este año.
Según los indicadores del organismo provincial, el 41,6% de la población urbana de Mendoza se encuentra bajo la línea de la pobreza, es decir, sus ingresos no son suficientes para cubrir la Canasta Básica Total (CBT). Asimismo, el 10,7% de los mendocinos relevados está bajo la línea de la indigencia, por lo tanto, no pueden acceder a la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
Si la mirada se corre a los hogares, el 31,2% está por debajo de la línea de la pobreza y el 8,6% son considerados indigentes.
Así, al menos al momento de la medición realizada por la DEIE, casi la mitad de los mendocinos son considerados pobres o indigentes. “La población aproximada de las zonas urbanas de la provincia de Mendoza es de 1.529.125 personas, constituidas en 499.791 hogares. Los porcentajes muestran que, en el mes de octubre, se encuentran por debajo de la línea de pobreza el 31,2% de los hogares y el 41,6% de la población. Dentro de este conjunto, el 10,7% de la población se encuentra debajo de la línea de indigencia”, aclara el informe.
Un escenario desalentador
De acuerdo al análisis de Sebastián Laza, economista asesor del Gobierno de Mendoza, las cifras y el análisis puede quedar desfasado, ya que el ajuste hecho desde que gobierna Javier Milei seguramente hayan llevado los números a un peor escenario. Incluso, recordó que la última medición de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) arrojó una pobreza de 47%, aunque solo para el Gran Mendoza.
Entre los motivos que llevaron a estos abultados números, Laza señaló que la suba de la inflación que se dio durante 2022 y 2023 durante la gestión de Alberto Fernández provocó que la pobreza subiera en todo el país. “La inflación es una fábrica de pobres”, analizó el experto.
“Ahora con el ajuste de Milei del primer trimestre del 2024 también debe haber seguido subiendo, en todo el país, no solo en Mendoza”, sostuvo Laza. En este sentido, marcó como positivo la baja en el ritmo del aumento de precios de los últimos meses. Desde su perspectiva, eso ayudará de acá en adelante.
Sin embargo, eso no es lo único que se necesita para frenar la aceleración de la pobreza. Otra de las claves señaladas por Laza es el crecimiento de la economía, lo que provocaría un incremento de la demanda laboral, la mejora de la productividad y la suba de los salarios. “Mendoza tiene algo a favor y es que hasta ahora los niveles de empleo se vienen manteniendo. Hay otros lugares del país donde no es así, en especial en la provincia de Buenos Aires”, puntualizó Laza.
Nicolás Aroma, director del Centro de Economía y Finanzas Mendoza (Cefim) también hizo foco en que la medición, al ser del 2023, ha quedado desactualizada. “La situación en la próxima medición, por supuesto, va a empeorar porque la forma metodológica en la que se mide la pobreza y la indigencia es por ingresos”, aclaró.
Para el experto, estos eslabones han sido de los más afectados por la situación económica, sobre todo, por la reducción del poder adquisitivo del salario frente a la canasta básica. “En la segunda mitad del 2023 hubo una gran cantidad de personas que aún trabajando y teniendo un empleo, tenían dificultades para alcanzar la canasta básica producto de la alta inflación. Este año, más allá de la reducción de la inflación, eso se ha empeorado porque el salario y los ingresos reales de la mayoría de los trabajadores están muy por debajo de la canasta básica”, argumentó Aroma.
Desde su perspectiva, es probable que las mediciones de este año muestren que la situación ha empeorado, sobre todo el fuerte aumento del índice de desigualdad en la población, medido por el Indec con el Índice de Gini. Asimismo, señaló que más allá del contexto macroeconómico desfavorable, el atraso de los salarios y los ingresos, sobre todo en los sectores informales hacen suponer que el escenario para 2024 no será mejor que el expuesto por la DEIE.
De cara al futuro, Aroma señaló que dos datos serán claves para mejorar los indicadores de pobreza: que el salario real pueda ganarle a la inflación y que la economía crezca. “En un escenario donde la economía caiga, aumente el desempleo y los salarios se retraigan, estos indicadores van a andar mal. Si la economía crece, que se estima que puede pasar en el 2025, se verá. Y además, si los salarios son uno de los motores de ese crecimiento, en general los índices de pobreza e indigencia por la cuestión metodológica van a mejorar”, completó.
Qué mendocinos son los más afectados por la pobreza
Otro de los datos que reveló la encuesta de la DEIE es que dentro de la estructura de edades de la población urbana, el mayor porcentaje de pobres (37,6%) se concentra en la población que tiene entre 30 y 64 años, seguido por el grupo de entre 0 y 14 años de edad (30,3%). En la población urbana indigente, el grupo de edad que presenta la mayor incidencia también es el comprendido entre 30 y 64 años de edad (36,1%), seguido por el grupo de niños y niñas con un 34%.