Bolsillos flacos

Economía de guerra: qué cosas deja de consumir la clase media por la crisis

Enero terminó con una caída estrepitosa del consumo por la importante pérdida del poder adquisitivo de los argentinos. Las estrategias de los consumidores para cubrir las necesidades básicas.

Brenda Funes
Brenda Funes viernes, 2 de febrero de 2024 · 08:00 hs
Economía de guerra: qué cosas deja de consumir la clase media por la crisis
En época de bolsillos flacos, repunta la venta fraccionada y de segundas marcas. Foto: Freepik

Tanto el Gobierno como las consultoras privadas aseguran que la inflación de enero superó la barrera del 20%. Con la asunción de Javier Milei, la crisis se profundizó y los precios se dispararon tanto en bienes como en servicios.

Los sectores informales perdieron casi el 34% de capacidad de compra en un año y los sectores formales el 26%. Pese a las actualizaciones salariales, el desplome del poder adquisitivo hizo que los argentinos empiecen a recortar el consumo e implementen diversas estrategias para controlar el gasto.

Adiós a "los gustitos"

Lo primero que los argentinos cortan son las salidas, actividades de entretenimiento y plataformas de streaming. También hay servicios que no son de primera necesidad, pero ante la falta de liquidez, se decide cambiar a un plan más económico o darlo de baja.

"Se están registrando caídas en el rubro de indumentaria; en bienes durables, en general; se retrajo mucho la matriculación en escuelas privadas, de hecho, es un problema porque no hay vacantes disponibles en el sistema educativo estatal; también hubo mucha migración a la salud pública o a prepagas más económicas. En el caso de los seguros de autos, hubo un aumento muy fuerte en la ampliación de franquicias", detalló Miguel Calvete, vicepresidente de la Confederación de Comercios y Servicios de la República Argentina, y presidente del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM).

Fuente: INDECOM.

Qué pasa con los productos de primera necesidad

También se hacen ajustes en los productos de primera necesidad. En este sentido, repuntan con fuerza las segundas y terceras marcas. Si bien ya hace bastante tiempo las primeras marcas vienen perdiendo terreno, con la crisis este fenómeno se acentúa. Históricamente, rozaban el 70% de participación las primeras marcas versus el resto. Desde hace tres años, un poquito más, tal vez, están en el orden del 60% y es común en estos canales.

Además, en momentos de bolsillos flacos, las primeras marcas quedan relegadas a un target más específico. Así lo explicó a MDZ Osvaldo Del Río, el director de la consultora Scentia: "Solo tienen un peso un poco más importante en las ventas e-commerce, que obviamente son ventas que segmentan por nivel de ingresos, porque es la gente con mayor poder adquisitivo la que generalmente compra bajo esa modalidad".

Lo que también se está dando mucho en las zonas urbanas del conurbano bonaerense, Gran Rosario, Gran Tucumán y en el interior, justamente el tema de la venta fraccionada. "Este fenómeno ya se venía dando en lo referente a productos de limpieza, primero. Y ahora, se agregaron productos secos de almacén no perecederos", explicó, por su parte, Miguel Calvete.

Otro recurso que vuelve es el tan utilizado durante la crisis del 2002: las compras diarias en negocios de barrios. "Lo que se empieza a notar es que los consumidores antes se stockeaban para proteger sus ingresos. Ahora, para proteger sus ingresos, van muchas veces a comprar poca cantidad. Y así, controlar el gasto en lugar de ir y comprar mucho", agregó Osvaldo Del Río.

Otro recurso que vuelve es el tan utilizado durante la crisis del 2002: las pequeñas compras diarias en negocios de barrios.

¿Crisis sin fin?

El balance 2023 terminó con números positivos en lo que a ventas respecta. Sin embargo, tras la asunción de Milei y la devaluación de diciembre, en la última semana del año, la tendencia cambió. Fue el fin del fenómeno de "los pesos queman", la gente dejó de stockearse para ganarle a la inflación y el consumo cayó estrepitosamente.

"Es fundamental resaltar que el 2023 fue positivo por el empuje del supermercadismo; pero este canal, que venía bien de ventas, cayó en la última semana de diciembre y dio negativo. Algo que no pasaba hacía mucho tiempo. En enero, en las tres primeras semanas se vio en los supermercados una retracción del 12%. Por lo tanto, ya te puede ver una tendencia y es que el consumo va a ser negativo para primer mes del año y probablemente un poco más", analizó el director de la consultora Scentia.

Y concluyó: "Ahora, para este año, se pronostica una retracción del orden del 7%. Esto es posible porque la inflación va a viajar a una velocidad superior a la que viajen los ingresos. Cada vez que la inflación le saca ventaja a los ingresos, el consumo se retrae. Cuando los ingresos empatan o le ganan a por un poquito, el consumo se recupera".

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