El Gobierno actualiza impuestos a los combustibles y es inminente el impacto en los surtidores
El Gobierno hace cálculos y los estacioneros reclaman subas de por lo menos un 25%. Las razones detrás del posible aumento.
Con el avance de las horas y en plena cuenta regresiva, el aumento en surtidores parece algo inminente. Todavía no está la decisión final tomada, pero el sector petrolero ya empezó a descontar que luego de diez trimestres sin incrementos, finalmente el Gobierno se dispone a subir los impuestos a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC) que se aplican sobre la nafta y el gasoil.
Los impuestos a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono se crearon en 1998 con el fin de financiar, en parte, proyectos de infraestructura y vivienda, pero como suele ocurrir en este país, una vez cobrados los fondos entran a cuentas generales y después se ve cómo se financian los citados proyectos.
Tras el último aumento del 27% en los combustibles el pasado 3 de enero, se espera que la actualización impacte de manera directa en los precios de los surtidores.
¿Aumenta la nafta?
Referentes del sector hidrocarburífero sostienen que el Gobierno aplicará el impuesto total, que por tratarse de un impuesto se traslada directamente todo a precios en surtidor. Se estima que los combustibles podrían subir 11% al público solo por los impuestos. Así, en el Área Metropolitana Buenos Aires el combustible más barato, que hoy es la nafta súper de YPF pasará a tener un precio de $775,89 por litro. Un informe del IARAF proyecta que podría llegar incluso al 25%.
En ese cálculo se basó también el titular de la Cámara de Empresarios de Combustibles, quien anticipó una suba para esta semana y sostuvo que el atraso del impuesto alcanza 300%, aunque reconoció que todavía no hay una definición oficial sobre la magnitud de la corrección.
Por su parte, el Gobierno está evaluando cómo compensar la pérdida de recursos después de retirar el capítulo fiscal de la ley ómnibus, por la resistencia de las Provincias a apoyar la suba de retenciones, y la marcha atrás con el proyecto para reinstalar el Impuesto a las Ganancias.
En este marco, en medio del debate parlamentario, se analizan las distintas variantes para la actualización del tributo que grava los combustibles, congelado desde mediados de 2021.
El desafío para Ministerio de Economía, con Luis Caputo a la cabeza, y la Secretaría de Energía es encontrar el punto de equilibrio entre el impacto en la inflación y el efecto en la recaudación, ambos directamente proporcionales. Es que, mientras mayor sea la actualización, el impacto en la inflación se sentirá con más fuerza, pero también habrá mayor recaudación. De la primera, el Gobierno busca un número mucho menor; de la segunda, elevarla al máximo posible.
El impacto final en el surtidor dependerá entonces de ese equilibrio.