Paradoja argentina: se frenó la fuga de capitales
A raíz de la crisis bancaria en EE.UU. muchos argentinos ahorran en dólares pero no los sacan del país. Muchos que tienen ahorros en el exterior los están repatriando. El gobierno nacional haría un blanqueo para los que los traigan y los destinen a comprar inmuebles

Un fenómeno raro se ha podido constatar en los últimos días en la plaza financiera local, y esa que parece haberse frenado la fuga de capitales. Incluso, algunos operadores están registrando reingreso de capitales de argentinos que estaban en el exterior.
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Cada vez que se produce una crisis económica, cada sociedad responde con una lógica distinta, que siempre está emparentada con las experiencias previas. En Estados Unidos, por ejemplo, frente a la actual crisis, los inversores han decidido comprar bonos del Tesoro, lo que hace que, pese al colapso, el valor del dólar aumente frente a otras monedas.
La lógica de este comportamiento es que la crisis norteamericana es privada y, más allá de que el gobierno va a inundar con plata que tiene que emitir o nuevos bonos, los inversores siguen confiando en los títulos públicos como el mejor refugio porque entienden que siempre el Gobierno de EE.UU. cumplirá con sus obligaciones.
En Argentina, los agentes económicos operan distinto. Como siempre las crisis del sector privado han sido una consecuencia del desmanejo de las cuentas públicas, el refugio tradicional en épocas de crisis ha sido el dólar. En los últimos años, y por la depreciación de la moneda norteamericana, apareció el euro como moneda alternativa para resguardar el valor de los ahorros.
En esta última crisis, los operadores han vuelto refugiarse en el dólar, aunque con características especiales. Los inversores chicos recurren al método tradicional, que es guardarlos en cajas de seguridad o en el colchón, aunque cada vez se usa menos esta alternativa por razones de seguridad.
Los operadores de mayor tamaño, compraban dólares y los giraban al exterior a algún banco confiable o a algún fondo para invertir en acciones. Pero en las últimas semanas, en las que se han caído nombres célebres de sistema financiero de EE.UU., y han entrado en colapso bancos británico, franceses, belgas y de varias naciones (salvo españoles), sumado a las pérdidas de las bolsas, los operadores tienen miedo de girar sus ahorros al exterior, y muchos de los que están prefieren retornar por precaución.
Por esta razón compran dólares y los dejan en cajas de seguridad. En Mendoza está agotada la capacidad de las cajas de seguridad de los bancos y algunas entidades están pensando en aumentar la cantidad de estas unidades porque otro elemento está aumentando la demanda.
Es que muchos argentinos que tenían depósitos en el exterior, ante la crisis bancaria, decidieron repatriar sus ahorros. Es común escuchar argentinos en EE.UU. alertando acerca del riesgo de que las autoridades deban disponer de una especie de “corralito”.
Los dólares están llegando por varias vías, pero no están presionando al mercado cambiario. Los operadores se hacen rápidamente de los billetes y una pequeña parte la ponen en plazos fijo, otra pequeña parte la invierten en algunas acciones o bonos y el resto va a las cajas de seguridad.
Un operador del sector financiero local le contó a MDZ que, en las últimas dos semanas, por su oficina pasaron unos 15 millones de dólares repatriados. También contó que a sus colegas les estaba pasando lo mismo.
Lo interesante de este proceso es que los bancos han recibido muy poco. Sin embargo se está registrando una inesperada monetización en el mercado informal buscando alguna canalización segura. Consultados algunos operadores de Buenos Aires, le confirmaron a MDZ que este proceso -.desconocido para la Argentina- se venía verificando lentamente desde hace más de seis meses, al menos en grandes operadores.
Una alternativa para estos fondos será colocarlos en el mercado inmobiliario, pero en condiciones diferentes a las que se han registrado hasta ahora. Los inversores, muy líquidos, presionarán por los precios ante los desarrolladores inmobiliarios que están ilíquidos por falta de compradores.
El gobierno nacional ha tomado nota de esta situación y es probable que en los próximos días salga alguna norma que establezca una suerte de “blanqueo” para aquellos capitales que reingresen destinados a la adquisición de inmuebles
Incluso, en Buenos Aires, algunos inversores están organizando fondos para salir de compras por Miami. Es que los precios en la zona han caído entre un 60% y un 75%, según reveló una reciente nota de El Cronista. Allí detallan que por un departamento de tres ambientes, de 155 metros cuadrados, con dos baños, cochera y balcón sobre la vía costera de la Avenida Collins se está pidiendo US$ 345.000, mientras que una propiedad en un condominio lujoso parte de valores de 95.000 dólares.
Algunos piensan comprar porque los especialistas calculan que los inmuebles recuperaran un 40% de su valor en los próximos cuatro años. O sea lo ven como una inversión a recuperar cuando los precios retomen niveles anteriores.
Lo que es real es que tanto los que tienen ahorros locales como los que los reingresan desde el exterior no piensan en dejárselos a los bancos ni hacer inversiones productivas. La confianza perdida por bancos y Estado aún no se recupera. Los bancos no han perdido plazos fijos, pero no han ganado muchos más.
Hay mucha plata, pocas ideas y casi nada de confianza
Los operadores de mayor tamaño, compraban dólares y los giraban al exterior a algún banco confiable o a algún fondo para invertir en acciones. Pero en las últimas semanas, en las que se han caído nombres célebres de sistema financiero de EE.UU., y han entrado en colapso bancos británico, franceses, belgas y de varias naciones (salvo españoles), sumado a las pérdidas de las bolsas, los operadores tienen miedo de girar sus ahorros al exterior, y muchos de los que están prefieren retornar por precaución.
Por esta razón compran dólares y los dejan en cajas de seguridad. En Mendoza está agotada la capacidad de las cajas de seguridad de los bancos y algunas entidades están pensando en aumentar la cantidad de estas unidades porque otro elemento está aumentando la demanda.
Es que muchos argentinos que tenían depósitos en el exterior, ante la crisis bancaria, decidieron repatriar sus ahorros. Es común escuchar argentinos en EE.UU. alertando acerca del riesgo de que las autoridades deban disponer de una especie de “corralito”.
Los dólares están llegando por varias vías, pero no están presionando al mercado cambiario. Los operadores se hacen rápidamente de los billetes y una pequeña parte la ponen en plazos fijo, otra pequeña parte la invierten en algunas acciones o bonos y el resto va a las cajas de seguridad.
Un operador del sector financiero local le contó a MDZ que, en las últimas dos semanas, por su oficina pasaron unos 15 millones de dólares repatriados. También contó que a sus colegas les estaba pasando lo mismo.
Lo interesante de este proceso es que los bancos han recibido muy poco. Sin embargo se está registrando una inesperada monetización en el mercado informal buscando alguna canalización segura. Consultados algunos operadores de Buenos Aires, le confirmaron a MDZ que este proceso -.desconocido para la Argentina- se venía verificando lentamente desde hace más de seis meses, al menos en grandes operadores.
Una alternativa para estos fondos será colocarlos en el mercado inmobiliario, pero en condiciones diferentes a las que se han registrado hasta ahora. Los inversores, muy líquidos, presionarán por los precios ante los desarrolladores inmobiliarios que están ilíquidos por falta de compradores.
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Incluso, en Buenos Aires, algunos inversores están organizando fondos para salir de compras por Miami. Es que los precios en la zona han caído entre un 60% y un 75%, según reveló una reciente nota de El Cronista. Allí detallan que por un departamento de tres ambientes, de 155 metros cuadrados, con dos baños, cochera y balcón sobre la vía costera de la Avenida Collins se está pidiendo US$ 345.000, mientras que una propiedad en un condominio lujoso parte de valores de 95.000 dólares.
Algunos piensan comprar porque los especialistas calculan que los inmuebles recuperaran un 40% de su valor en los próximos cuatro años. O sea lo ven como una inversión a recuperar cuando los precios retomen niveles anteriores.
Lo que es real es que tanto los que tienen ahorros locales como los que los reingresan desde el exterior no piensan en dejárselos a los bancos ni hacer inversiones productivas. La confianza perdida por bancos y Estado aún no se recupera. Los bancos no han perdido plazos fijos, pero no han ganado muchos más.
Hay mucha plata, pocas ideas y casi nada de confianza