Mundial de Rugby

Gales, príncipe de la remontada

El Dragón nunca había levantado una diferencia de más 10 puntos en Copa Mundial de Rugby. En febrero, en París, también recortaron 16 puntos para imponerse a Francia

lunes, 21 de octubre de 2019 · 15:30 hs

De los indomables gigantes sudafricanos a la desesperación de los aficionados franceses por la capacidad de autodestrucción de su equipo, el último fin de semana vivido en la Copa del Mundo 2019 dejó toneladas de acción que solo puede verse en las eliminatorias por el título mundial.

Fue un fin de semana para terminar con viejas maldiciones en el caso del Gales vs. Francia y en el que las esperanzas e ilusiones sufrieron altibajos de la manera más cruel. Desde cambios generacionales con la despedida de Rory Best en Irlanda a las extraordinarias remontadas, les ofrecemos el análisis táctico de los mejores momentos de los cuartos de final.

Una remontada para el récord

Gales ha desarrollado el hábito de jugar con los sentimientos de sus aficionados en la Copa del Mundo que todos menos sus partidarios más arrogantes habrían esperado con impaciencia, el choque de cuartos de final del domingo con Francia.

Con los precedentes en la memoria, Francia fue quien eliminó a Gales en las semifinales de 2011. En 2015, los galeses vencían a Sudáfrica por 19-18 a cinco minutos del final de su partido de cuartos de final en Twickenham. Entonces apareció Fourie du Preez para hacer el try de la victoria Bok sepultando de nuevo, las esperanzas galesas.

Cuando Francia logró la temprana ventaja 12-0, los aficionados galeses se temieron lo peor. Su increíble respuesta hasta el improbable 20-19 final se convirtió en su mayor remontada en Copas Mundiales. Si en París, por el Seis Naciones 2019 consiguieron vencer por 24-19 tras caer 16-0 al descanso, Gales nunca había remontado más de 10 puntos en una Copa del Mundo.

Estos cambios del marcador son muy raros en la fase de eliminatorias de la Copa Mundial de Rugby. Sólo ha habido dos más grandes que la de Gales el pasado domingo y fueron a cargo de Francia que se recuperó de 14 y 13 puntos, respectivamente para batir a Nueva Zelanda tanto en 1999 como en 2007.

Cambio de guardia

Durante los pasados siete años, la pareja de terceras líneas de Australia formada por Michael Hooper y David Pocock ha sido una de las más dominantes del rugby internacional. Gracias a su talento para crear y destruir juego y su excelencia en la recuperación de pelota, Australia llegó a la final de 2015

Frente a lo anterior muchos podrían pensar que sus rivales en cuartos de final, Tom Curry y Sam Underhill, sufrirían. Con solo 28 caps entre los dos ingleses contra 180 entre los australianos, la experiencia, sin embargo, no lo fue todo.

Los ingleses superaron a sus rivales gracias a 36 tackles para vengar la derrota ante Australia en Twickenham de hace cuatro años. Fue una actuación conjunta de Underhill y Curry que siembra lo que puede ser una pareja como la que formaran Pocock y Hooper.

Underhill fue el bastión defensivo de Inglaterra, con 20 tackles mientras que el Mejor Jugador del Partido, Curry, estuvo sobresaliente batiendo a Pocock en los puntos de encuentro y destacado por un devastador tackle a Marika Koroibete, en lo que parecía un claro try de Australia.

Las puertas de las semifinales siguen cerradas para Irlanda

Frente a la excelencia sin fisuras mostrada por Nueva Zelanda el sábado, era difícil no sentir la desolación de Rory Best. Uno de los jugadores más prolíficos durante los últimos 14 años que terminó su carrera con la derrota ante los All Blacks por 46-14.

Las lágrimas de Best tras el partido fueron la metáfora perfecta del repetido fracaso irlandés en su intento de alcanzar las semifinales del Mundial. Su séptima eliminación, supone un récord superando las seis de Escocia a la hora de quedarse entre los ocho mejores y no pasar el corte.

Mientras Irlanda entró en el partido con la esperanza de vencer a los All Blacks como en Dublín el pasado noviembre, su inusual bajo rendimiento defensivo permitió que los kiwis anotaran siete tries. Fue el partido en el que Irlanda concedió más puntos en su historia en la Copa del Mundo y, a pesar de la excelencia de Best y su generación, aquel partido contra Australia en 1991 que acabó 19-18, sigue siendo la vez que más cerca han estado de clasificar a semifinales.