Fútbol

En foco: es la historia de un amor…

La historia de una relación de amistad que busca reflejarse en la cancha. Messi, Agüero y la selección argentina. 

martes, 25 de junio de 2019 · 12:55 hs

Salvo en la Copa América de Chile en la que Sergio Agüero inició el torneo de titular ante Paraguay en el estadio La Portada de La Serena, el Kun pocas veces pudo ganarse la confianza del entrenador y ser el elegido para ser el centro delantero o uno de los atacantes del equipo. Por lo general, siempre tapado por Gonzalo Higuaín, la estrella del City siempre se puso la camiseta de alternativa.

Con Messi comparten habitación en la Selección y una profunda amistad, que en pocas ocasiones, esta afinidad, se pudo sumar al talento de ambos dentro del once en pos del bienestar común del conjunto argentino.

Agüero cuenta que a Leo lo conoció en la concentración del seleccionado Sub 20 en la Copa del Mundo de Holanda 2005. Y fue el mismo Sergio, que deslumbraba en Independiente, quien le preguntó a un compañero: “¿Este es el pibe que viene de Barcelona?” No se conocían y ahí comenzaría una historia de amor, con título juvenil incluido de la mano de Francisco Ferraro.

“Quiero más por Messi que seamos campeones con la Selección que por mí”, comentaba el Kun hace unas pocas semanas mientras confesaba lo que sufría su compañero de cuarto cada vez que no lograba los objetivos con la celeste y blanca.

Ante Qatar en Porto Alegre, Leo quería, y necesitaba, que su amigo marcara su primer gol en la Copa América. Leo lo buscó en infinidad de ocaciones, aun cuando la jugada requería disparo al arco de parte del delantero del Barcelona.

Llegó la definición del Kun en el final para el 2 a 0 y la clasificación del equipo a los cuartos de final. Y el abrazo entre ellos dos, como un descargo ante tanto nerviosismo. Luego se enteraría el Kun que sería su gol 40 en el seleccionado argentino, para meterse tercero, justamente por detrás de su amigo y de Gabriel Batistuta, como los máximos artilleros del seleccionado.

Esta historia de amor camina por los senderos más románticos, ahora por Río de Janeiro y luego quién sabe. Ojalá sea con un abrazo más, el que será eterno, el de todas las fotos, el del Maracaná.