Las Leonas sufrieron una dura derrota ante Países Bajos y jugarán por el bronce en París

El oro olímpico quedó otra vez en el debe para Las Leonas, ya que Países Bajos las privó de estar en la final con una victoria inapelable en semifinales (3-0), en las que las neerlandesas lucieron un perfil de campeón difícilmente superable.

Tres años y un día de después de la final en Tokio, el clásico del hockey internacional femenino se repitió y la bola volvió a caer del lado naranja. Diez argentinas que jugaron este miércoles ya sufrieron entonces la decepción de un equipo que lleva 24 años con opciones de un oro que no alcanza.

La jugada en Londres 2012 fue la primera que Países Bajos le ganó a Argentina, repetida después en Tokio y en el Mundial de hace dos años en Terrassa. Hoy en el partido clave, se extrañó la intensidad que Las Leonas tuvieron en todo el torneo y especialmente en cuartos de final, para remontar ante Alemania y eliminarla en los 'shoot-out'.

Faltó posesión, llegada, tiros a gol y los cortos llegaron muy tarde. No hicieron un solo tiro a puerta en el primer cuarto, pero se cerraron muy bien y únicamente defendieron un córner a Yobbi Jansen, además de una parada que Cosentino. Luego, sin Joosje Burg en el campo por un bolazo de Grozelany en la cara desde el final del primer cuarto, el gol tardó 6 minutos, cuando Fokke, desmarcada, recibió una bola muy larga desde su campo y con la posición ganada batió claramente a la arquera argentina.

Un error defensivo pudo costar el segundo, pero a Felice Albers le faltó la puntería que Fokke tuvo luego en un latigazo desde la esquina izquierda para Laura Naunnink y su remate insalvable. Dos goles en cinco minutos empezaron a pesar mucho y el tercero, de Yibbi Jansen, de corto tras el descanso, ya fue una losa.

Tuvieron que pasar 36 minutos para que Las Leonas pudieron ganar su primer córner, aunque el tiro de Valentina Raposo se fue fuera y también los toques de Sofía Toccalino, Zoe Día y Rocío Sánchez Moccia en los tres siguientes. Pero al menos fue una respuesta positiva, que puede servir para que el bronce no se escape.