En Independiente Rivadavia ya había olor a ciclo cumpido desde antes de que inicie el partido ante Unión de Santa Fe. El equipo venía de caer en tres partidos consecutivos (Rosario Central, Instituto y Argentinos Juniors) y todo parecía indicar que una nueva derrota forzaría la salida del entrenador Rodolfo de Paoli.
Sin embargo, la derrota no solo fue derrota sino el cómo terminó siendo aún más determinante. Fue goleada por 4 a 1 contra un equipo que solo había ganado una vez. De hecho, con particularidades que generan aún más impotencia para el DT, como la insólita expulsión de Petrasso cuando el equipo se puso 1-2.
En definitiva y como se esperaba, ni bien finalizó el encuentro De Paoli renunció al cargo de entrenador, con la seguridad de que revertir la situación iba a ser muy complicado.
De hecho, tomó una decisión inédita que se explica desde la renuncia: no habló al finalizar el partido. No solo no brindó la clásica conferencia de prensa sino que tampoco quiso hablar de manera espontánea. Es inédito porque ante cada partido lo había hecho, aún siendo visitante.
De hecho, en el último partido como local, ante Instituto, el clima era tan tenso como el de este sábado, porque más allá de la derrota hubo insultos desde la platea y contestaciones por parte del DT, quien aún así dio su conferencia de prensa y hasta la aprovechó para declarar en contra de Alex Arce.
Otra particularidad del pospartido ante Unión es que tampoco hablaron los jugadores, como suele ser protocolo. Las entrevistas que la transmisión oficial televisiva hace en campo siempre se destinan para un jugador de cada equipo y para la figura del partido, pero los jugadores, conociendo la decisión que podía tomar su DT, también decidieron no brindar entrevistas.