Denuncian que más de 6.500 obreros murieron en la construcción de los estadios

Desde que se designó a Qatar como sede de la próxima Copa Mundial de la FIFA, hubo todo tipo de controversias y escándalos. Y una de las más recurrentes está directamente relacionada con las condiciones infrahumanas en las que se desempeñan los obreros de los lujosos estadios en los que se jugarán los partidos del certamen.

Según informó The Guardian, ya son más de 6.500 inmigrantes los que murieron desde que se la designó como sede. Los datos facilitados por los gobierno muestran que la mayoría proceden de India, Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka. Esto significa que un promedio de 12 trabajadores inmigrantes murieron cada semana desde diciembre 2010, cuando Qatar fue elegida anfitriona.

Entre esas obras, se encuentra un nuevo aeropuerto, decenas de carreteras, transporte público, hoteles, una nueva ciudad y hasta siete estadios de fútbol. El rotativo inglés también explica el fracaso de la administración qatarí para proteger a sus más de dos millones de trabajadores inmigrantes.

Entre las principales causas de los decesos, las más comunes son las conocidas como "muertes naturales", generalmente atribuidas a una insuficiencia cardíaca o respiratoria aguda. Detrás de las estadísticas hay innumerables historias de familias devastadas que se han quedado sin su principal sostén, luchando ahora por obtener una compensación y con pocas respuestas.

Desde el Gobierno lamentan las muertes, pero defienden que los trabajadores tienen atención médica gratuita. Por su parte, el comité organizador del Mundial asegura que "siempre han mantenido la transparencia sobre este tema" y aseguran que las cifras de muertes relacionadas con el evento futbolístico son "inexactas". 

Desde India, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka revelaron que hubo 5.927 muertes de trabajadores en el período 2011-2020. Por su parte, la embajada de Pakistán en Qatar informó de otras 824 muertes y se cree que el número total de muertos es significativamente mayor, ya que estas cifras no incluyen los decesos de trabajadores de Filipinas y Kenia.