Boca goleó y acecha a Lanús
El equipo de Russo goleó 4-0 a Vélez en la Bombonera y se mantiene a tres puntos del líder. Palermo hizo los dos primeros. Palacio y Alvaro González anotaron los restantes.

Boca fue un equipo con actitud y seguridad en sí mismo. Vélez quiso, pero le faltó convencimiento en sus propias fuerzas. Entonces, la lógica consecuencia fue un dominio en el terreno y también en el marcador para los locales, que con este triunfo mantienen la diferencia de tres puntos por debajo del único líder, Lanús.
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Un claro ejemplo ocurrió a los 10 minutos, cuando Escudero tocó el balón hacia atrás y dejó sólo a Palacio, quien fue golpeado por Uglessich cuando estaba por ingresar al área. El lateral de Vélez fue amonestado por esa infracción.
Otro evidente contraste fue la labor de los conductores: mientras Banega metió lucha y juego en el mediocampo, ‘Toti’ Ríos marcó tibiamente y careció de precisión en sus pases. Así, a los 14 minutos llegó el primer gol de Boca, después de un gran centro desde la derecha de Ibarra y un cabezazo cruzado de Palermo para poner el 1-0.
Casi aumenta nuevamente de cabeza el goleador ‘xeneize’, sobre los 40 minutos, cuando le ganó en el segundo palo a su marcador y definió de emboquillada por encima del cuerpo de Montoya. La pelota salió apenas desviada.
A los 42 minutos, el ‘Titán’ no perdonó. En una jugada similar a la del primer tanto, Ibarra envió un centro desde la derecha y nuevamente Palermo, con un gran cabezazo, marcó el 2-0.
En el segundo tiempo, Vélez se adelantó, pero atacó sin ideas y prácticamente no inquietó a Migliore, un espectador privilegiado que casi no tocó el balón durante todo el encuentro. La excelente tarea de Battaglia para quitar pelotas en el mediocampo y la solidez defensiva de los ‘xeneizes’ hicieron que el desarrollo del encuentro fuera un trámite para los dirigidos por Russo.
Una rabona de Banega, para dejar sólo a Neri Cardozo –anularon la gran jugada por posición adelantada-, un taco de Palacio sobre el costado izquierdo, y un enganche de Palermo sobre el mismo sector, para habilitar al uruguayo González completaron la fiesta en La Bombonera, que de pronto se convirtió en un baile: Álvaro tocó al medio para Palacio y el delantero bahiense puso el 3-0.
Un minuto más tarde, el propio González quedó sólo dentro del área y definió con un fuerte remate al ángulo derecho, para aumentar la goleada a 4-0. “Borombón, bormbobón, es el equipo del Bigotón…”, terminaron cantándole irónicamente los hinchas ‘xeneizes’ al DT de Vélez, Ricardo La Volpe.
Es que los boquenses no le perdonan el campeonato perdido la temporada pasada a manos de Estudiantes de La Plata. La historia ahora es completamente distinta: el sueño del título está más vivo que nunca.
A los 42 minutos, el ‘Titán’ no perdonó. En una jugada similar a la del primer tanto, Ibarra envió un centro desde la derecha y nuevamente Palermo, con un gran cabezazo, marcó el 2-0.
En el segundo tiempo, Vélez se adelantó, pero atacó sin ideas y prácticamente no inquietó a Migliore, un espectador privilegiado que casi no tocó el balón durante todo el encuentro. La excelente tarea de Battaglia para quitar pelotas en el mediocampo y la solidez defensiva de los ‘xeneizes’ hicieron que el desarrollo del encuentro fuera un trámite para los dirigidos por Russo.
Una rabona de Banega, para dejar sólo a Neri Cardozo –anularon la gran jugada por posición adelantada-, un taco de Palacio sobre el costado izquierdo, y un enganche de Palermo sobre el mismo sector, para habilitar al uruguayo González completaron la fiesta en La Bombonera, que de pronto se convirtió en un baile: Álvaro tocó al medio para Palacio y el delantero bahiense puso el 3-0.
Un minuto más tarde, el propio González quedó sólo dentro del área y definió con un fuerte remate al ángulo derecho, para aumentar la goleada a 4-0. “Borombón, bormbobón, es el equipo del Bigotón…”, terminaron cantándole irónicamente los hinchas ‘xeneizes’ al DT de Vélez, Ricardo La Volpe.
Es que los boquenses no le perdonan el campeonato perdido la temporada pasada a manos de Estudiantes de La Plata. La historia ahora es completamente distinta: el sueño del título está más vivo que nunca.